La continua rotura de la red de cloacas con consecuencias sanitarias importantes ha sido una constante en los últimos años en la zona norte de La Victoria, municipio Ribas, concretamente en la calle Las Carmelitas, donde las aguas negras circulan libremente por toda la zona.
En este sentido, los vecinos y transeúntes denunciaron estar molestos con este inconveniente, el cual los aqueja desde hace por los menos 5 años, sometiéndolos no sólo a olores putrefactos, sino también impedirle su libre tránsito, pues las aguas están en la vía y en las aceras. Esto sin dejar a un lado el latente foco de enfermedades.
“Estamos cansados de reportar la rotura de tuberías y el bote de aguas negras, pero sinceramente no nos paran. Hemos hecho cualquier cantidad de cartas y llamados de atención y no son atendidos. Sólo vienen ponen un pañito de agua tibia que dura tres semanas y se van”, aseguró Ricardo Manrique, quien reside en la zona.Asimismo, los afectados de la calle Las Carmelitas explicaron que aparte de los malos olores y la presencia abundante de moscas y zancudos, las enfermedades también se han hecho presentes en el sector, a niveles que según su percepción son preocupantes.
“Los niños se enferman todos los meses con gripe, fiebre y erupciones en la piel, todo producto del brote de las cloacas que circulan libremente por la zona y que se estancan en todos los huecos que hay, convirtiéndolos en lagunas de aguas negras”, agregó Miguelina Calanche.
Montañas de basura también adornan el sector
Paralelamente, comentaron que la calle sufre el deterioro constante, que cual acentúa aún más la dificultad. “Por aquí pasan demasiados carros, aunado a esto hay agua siempre, ocasionando el deterioro de la capa asfáltica y como consecuencia la gran presencia de cráteres. Estamos viviendo en la desidia”, puntualizó Carlos Guzmán.
Finalmente, los ciudadanos hicieron un llamado a las autoridades pertinentes a que se apersonen a la zona y verifiquen lo que ocurre y de esa manera hagan un estudio exhaustivo y consigan soluciones efectivas.
DANIEL MELLADO | elsiglo
