Alicia Machado divinamente sincera

La voz de Alicia Machado retumba en el Teatro Bolívar del Centro Histórico de Quito disertando sobre bisexualidad y belleza dentro de la puesta en escena de “Divinas”. Curiosamente sobre esos temas y mucho más conversamos en exclusiva con esta venezolana, quien aporta su personalidad y talento a una obra que aborda en tono de farsa y exceso, temas del infinito femenino.

Asombra como Alicia se siente al estilo pez en el agua en un escenario clásico de la capital ecuatoriana, salpimentado por textos actuados por el “team” compuesto por Lupita Ferrer, Sonya Smith, Gabriela Spanic, Patricia Manterola y Sherlyn. Curiosamente, en la función que vimos, Alicia fue quien tuvo que esperar que cesaran los aplausos para iniciar su primer monólogo, dentro de una pieza dirigida por Daniel Ferrer Cubillán.

En “Divinas” (@lasdivinasmx en Instagram), la Machado conquista con atributos, actitudes y aptitudes claras. Así se lo hago saber cuando conversamos entre el par de funciones pautadas en Quito. Es parte de la nostalgia de quien la ha seguido desde su primer reinado en Maracay. Al oír los elogios, los ojos de la artista comienzan a llenarse de ternura y lágrimas.

Pareciera que no está del todo acostumbrada a los halagos, aunque una de las medidas de su estrellato es la cifra de casi 900 mil seguidores en Instagram (@machadooficial), cosechados en una compleja agenda de madre, empresaria, actriz y activista de su autenticidad.

-No tengo marido (risas) – nos dice entre risas, serenidad y picardía Machado, cuando le manifestamos nuestro asombro por la manera como distribuye su tiempo.

– Soy una mujer muy independiente y la independencia requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Soy muy organizada, cocino los domingos y congelo, soy disciplinada, aunque no lo parezca. Con disciplina, un día tiene 24 horas y en ese tiempo pasan muchas cosas cuando eres consecuente con tus horarios y contigo misma.

Alicia Machado llegó a Quito justo el día de la marcha del Orgullo LGBT+ y uno de sus monólogos en la referida obra, aborda tangencialmente el tema que recientemente provocó una nueva polémica en torno a la venezolana que nunca deja de ser noticia.

– Mi monólogo de El Último Cartucho tienen mucho que ver conmigo. Soy muy abierta como veo el amor y la sexualidad en general. He tenido parejas bisexuales y entiendo ese laberinto del hombre, su cercanía con su sexualidad y el amor que siente por ti.

Muchas mujeres piensan que, si un hombre bisexual sale contigo, te buscan para cubrir apariencias. Y no es cierto. Pienso que los bisexuales se aman un poco más allá, son más amorosos, más detallistas, más sexualmente fogosos que los heterosexuales. Me ha pasado. No es una regla, pero ha sido mi caso. Ese personaje que interpreto en Divinas tiene que ver conmigo.

Entonces, ¿Tienes mucho que recomendar a mujeres que han vivido situaciones con bisexuales?
– No se…pienso que nosotras debemos abrirnos. Tengo años trabajando por la comunidad LGBTI+, a través del Senado de Estados Unidos, trabajo en muchas cosas por la comunidad. Pienso que la sociedad te habla con frecuencia de una mujer con pasado, pero los hombres también tienen su pasado. Y si un hombre tiene una experiencia homosexual en su vida, eso no lo hace homosexual.

Por otra parte, hay casos de hombres que intentan con mujeres y al final se quedan en el mundo de la homosexualidad. Así como nosotras pretendemos que los hombres borren los conceptos del pasado, para nosotras el pasado de un hombre también se puede olvidar. Tal vez me gusta el ron con pasas y también el chocolate, me pueden gustar las dos cosas, los dos son helados, pero son cosas distintas.

Recientemente, declaraste que te gustaba el ron con pasas y el chocolate…
– Esa fue una mala interpretación…Por eso no suelo dar entrevistas. Soy una señora, no soy una pendeja, ni una niña. A veces tengo un humor muy negro. Dije que he tenido experiencias. Claro que sí, pero en la actuación, me he dado besos con mujeres en talleres de actuación y he tenido experiencias con mujeres dentro de mi trabajo como actriz. Hay mujeres que me envían flores y una vez Madonna me echó los perros en un club en Miami, pero estoy muy clara cual es mi preferencia. Tú no lo decides. He tenido experiencias y a mis 41 años que tengo estoy clara sobre ese tema. Un maestro de actuación una vez me dijo que los actores tienen que ser un poco inmorales, para poder prestarte a un personaje que no tiene nada que ver contigo.

Y lo que hice fue enviarles besos a mis seguidoras de la comunidad. ¿Por qué no? Tenemos tantos artistas hombres homosexuales abiertos y ahora nosotras decimos algo así, y parece que te quieren discriminar. Si yo fuera homosexual, hace rato estaría con una tipa divina y fabulosa y me valdría madre. Yo soy muy transparente. Pero eso fue una broma. Y señores yo sé que les cuesta pensar que ya no soy Miss, sino actriz y por ello he tenido muchas experiencias.

¿Cómo fue tu reencuentro con el mundo de las misses y con el Zar de la Belleza al animar la final del reality El Concurso By Osmel?

– Con Osmel nunca ha sido un reencuentro porque mantenemos una amistad entrañable. Siempre estamos en contacto. Estuvimos en Nuestra Belleza Latina juntos, hemos estado en muchos programas. Él sigue siendo el Zar de la Belleza y ha cambiado todo, su proyecto es independiente, patrocinado y financiado por una televisora norteamericana, es un reality show que se hizo en Venezuela. Vi todo diferente…Aunque son las mismas venezolanas, a lo mejor sin el mismo presupuesto o recursos. Osmel me hizo el favor, para poder ir a ver a mi papá que está enfermo y tenía 9 años sin visitarlo. Osmel sabe que tengo mis pestañas, mis productos, les lleve esas cosas a las participantes y me dio mucha ternura, porque a mí me tocó una época de mucho dinero, cuando Venevisión daba todo. Pero me dio entusiasmo ver que las chiquitas venezolanas siguen con su ilusión de buscar de la mano de Osmel hacer carrera como artista; el 95% de las artistas venezolanas conocidas a nivel internacional hemos pasado por el Miss Venezuela y son mujeres talentosas no sólo bellas.

Nombraste a Madonna y recordé que ella recientemente dijo que Instagram nos ha hecho esclavos de la aceptación ¿Cómo te manejas hoy con ese tema?

– Yo el Instagram lo uso para hacer negocios. Siempre hemos sido esclavos de la aceptación de los demás. Es un fenómeno social. Pero las redes sociales potencian eso que es una distorsión social que existe desde que el mundo existe. Me preocupo hoy por las nuevas generaciones. Yo pertenezco a una generación que no es de redes sociales, gracias a Dios, porque si a mí me hubiera tocado el Miss Universo con Instagram, yo no estaría aquí, me hubiera suicidado, no existe una figura hispana más “buleada” y difamada, eso se lo digo siempre a mi psicoterapeuta. Afortunadamente soporté todo lo que recibí y fui bastante fuerte, lamentablemente veo hoy a chiquitos que por tres cuartas partes de lo que yo he recibido, se suicidan y eso es un fenómeno preocupante en Estados Unidos, el cyberbullyng es una responsabilidad de todos, de medios de comunicación, de padres y madres, de los maestros, de la sociedad de fortalecer a nuestros jovencitos y crearles una personalidad más sólida, no basada en lo físico, sino en lo que eres como ser humano.