Poblada linchó a una pareja por robar bombillos de urbanización

Una mujer y un hombre fueron asesinados por varios vecinos que les habían montado una cacería ante los constantes hurtos en el sector, especialmente los bombillos externos de los apartamentos. El hombre no había sido identificado, de unos 24 años de edad, y su concubina respondía al nombre de Adriana Desirée Rivero Osorio, de 36 años de edad.

Foto/Referencia

El suceso se registró a eso de las 5:00 de la tarde del pasado 20 del presente mes, en un edificio residencial del barrio San Andrés, parte alta de la parroquia El Valle, municipio Libertador, al sureste del Distrito Capital.

En fuentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas se conoció que la pareja quedó inerte en el sitio del suceso. Los cuerpos presentaban golpes, presuntamente propinados con batazos, heridas por objetos punzo cortante y disparos por armas de fuego. En la violenta acción participaron vecinos y delincuentes del sector que estaban cansados de los constantes hurtos de la pareja.

En la medicatura forense familiares de la mujer indicaron que Adriana Desirée residía con su pareja en el sector Los Alpes de El Cementerio, parroquia Santa Rosalía del municipio Libertador. La pareja deambulaba por las calles entre El Cementerio, La Nueva Granada y El Valle.

El pastor de la Iglesia evangélica “Nosotros Unidos”, José Luis Celis, indicó que la familia al no tener información de la mujer, decidió buscarla por diferentes centros asistenciales y policiales, hasta que el pasado jueves acudieron a la medicatura forense y mediante fotografía, a pesar de que la mujer estaba desfigurada, con la pérdida de un ojo por un plomazo y otro en la frente, una hermana logró reconocerla.

 

UN DRAMA FAMILIAR

La mujer dejó cinco hijos, de los cuales dos fueron reconocidos legalmente por el pastor evangélico, y los otros niños están bajo la protección de los abuelos paternos. El centro evangélico tiene su sede en la parroquia Coche, donde Adriana recibía atención por cuanto desde muy joven comenzó por la adicción a las drogas, pero cuando se pensaba que había dejado la adicción, volvía a la calle y continuaba con los vicios. Los hijos de 12, 10, 9, y los últimos morochos de 6 años.

Cuando Adriana Desirée tenía 10 años de edad fue abusada sexualmente por su padre. A su madre la mató un miembro de la familia y abandonaron su cuerpo en la calle. A su padre lo asesinaron en el Retén de Catia y a un hermano lo mataron en la Penitenciaría General de Venezuela, estado Guárico.

Buscaba tratamiento para la adicción, pero al volver a la calle consumía drogas. Tenía unos 15 años en situación de calle.

EFRÉN PÉREZ HERNÁNDEZ | elsiglo -Caracas