Los altos precios de la carne siguen campantes

Aunque el rubro de la carne ha mostrado un pequeño ajuste a la baja en los últimos días, los altos precios siguen campantes, afectando por igual a clientes y comerciantes, haciendo incluso imposible para los carniceros acatar cualquier definición de precios.

Los altos precios de la carne siguen campantes
Los precios están por las nubes

Los vendedores aseveran que si estas leyes o regulaciones no se asumen primordialmente por parte de los ganaderos y productores, nunca se podrá exigir una rebaja del precio a los comercializadores finales, debido al factor ganancia y la obligatoriedad de afrontar pagos e impuestos.

En este orden de ideas, Freddy Solórzano, carnicero del Mercado Libre de Maracay, dijo que está obligado a vender la carne al doble de lo que la compra, “pues esa es la base para yo poder cancelar gastos generales en mi negocio”.

Los altos precios de la carne siguen campantes
Los carniceros reportan pérdidas

“Yo la compré del guinche, la última vez en 13 mil bolívares, lo que significó un ajuste muy mínimo, con relación a la compra del mes antepasado que me la vendieron en 15 mil bolívares, pero realmente fue insignificante, pues el precio actual en que la tengo que ofrecer es en 26 mil bolívares, anteriormente estaba en 30 mil”, agregó Solórzano.

Lo de los ajustes en los precios de la carne no se cumple por las mafias que se mueven con ganaderos y productores, pues ellos son los que ponen los precios reales, y por ende no se efectúan las medidas establecidas por el Gobierno, y es a los comerciantes, que nos las quieren aplicar, por eso, sin que exista un acomodo arriba, definitivamente no podemos bajar el precio, aquí nosotros”, añadió.

Ajuste pasa por debajo del mostrador

Cabe destacar que recientemente voceros de la Asociación de Carniceros del Estado Aragua (Carniaragua) aseguraron que los precios del rubro habían sufrido un ajuste del 40% por debajo del costo, no obstante, durante un recorrido por los establecimientos comerciales, se pudo observar que los precios igualmente elevados.

En este sentido, Alexander Navas, también vendedor de este rubro indicó, “estos anuncios en realidad pasan por debajo de la mesa, ya que poco son tomados en cuenta, es decir, no se cumplen, uno porque no todos los vendedores pertenecen a este gremio, y otro porque no hay mucha información al respecto, y nosotros de acuerdo al costo como recibimos la mercancía, siempre le incrementamos un 50%, sobre ese valor”.

Los altos precios de la carne siguen campantes
Alexander Navas, vendedor

Por otro lado, con relación a los precios acordados, implementados por el Ejecutivo Nacional, Navas plantea, al igual que muchos otros vendedores, estar en desacuerdo, debido a que no se realizan con el debido proceso.

“Estas medidas en realidad nunca se han cumplido, pues por un lado el Gobierno establece unos precios, sin llevarlos a consulta, tanto con el productor, como con el vendedor, lo que trae como consecuencia, que cada quien hace lo que quiere, y pone los precios que quiere“.

“También está claro que al no haber supervisión, la cosa en vez de mejorar empeora, porque todos nos queremos defender como podamos”.

“Yo creo que habiendo buenos acuerdos e implementándose las leyes, todos salimos ganando, porque a fin de cuentas, a estos precios que nos toca vender, es muy poca la demanda del producto”, culminó señalando el comerciante.

Consumidores se expresan

María Ríos, consumidora dijo, “para mi ahora es un lujo comer carne, la compro cuando mis familiares que están en el extranjero me manda una platica, del resto la sustituyo por vegetales y granos”.

Con relación al ajuste de precios, la señora María expresó no haber visto nada al respecto, “yo camino mucho buscando ofertas y la verdad, en todas partes se consigue en ese orden de 25 mil bolívares en adelante, si hay una carne que está más barata, pero es la de tercera, la cual yo no la compro, pues es pura grasa y es dañina para la salud”, dijo.

Antonia Bermúdez

Por su parte, Antonia Bermúdez, otra de las visitante del mercado, comentó, “yo trato de hacer un sacrificio de vez en cuando y compro carne, aunque ya no de a kilo, compro medio, y si es bistec, los justos, es decir, los cuatro, para cada uno de los que somos en mi casa, pero la verdad que estos precios no se explican, pues los costos son una cosa horrible”.

Finalmente, tanto consumidores como vendedores anhelan la estabilidad económica del país, pues la hiperinflación es un mal que ha generado pobreza, hambre, desempleo y cada vez más el cierre de muchos establecimientos, pues las bajas en las ventas no permite que éstos se puedan sostener.

 

JOSÉ LUIS BLANCO | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA