Las lluvias afectan rentabilidad de la venta de agua por cisternas

Comprar agua a un cisterna equivale a 3 sueldos mínimos, por lo que este negocio actualmente está perdiendo fuerza, especialmente por la llegada de las lluvias, ya que la comunidad opta por resolver con las aguas “mandadas por papá Dios”, y agarrar ese dinerito para otras necesidades.

 Las lluvias afectan rentabilidad de la venta de agua por cisternas
Comprar agua a un cisterna equivale a 3 sueldos mínimos

Aunado a esta situación que afecta a los vendedores de agua está la calamidad que significa obtener el gasoil. Los cisterneros aseguran que con medio tanque no pueden hacer 3 carreras al día, lo que a su vez eleva el costo del servicio a los 150 mil e incluso los 200 mil bolívares, dependiendo del lugar donde se lleve el despacho.

Así lo manifestaron los cisterneros del llenadero de Tapa Tapa, quienes indicaron que la paralización del servicio se debe a las lluvias y a la falta de combustible para sus unidades.

Al respecto, Oscar Viloria alegó: “Nuestros camiones sufren el desgaste diario, y además debemos realizar largos traslados a otros municipios para surtirnos de agua, imagínense lo duro que es para nosotros repararlos o reponer algún repuesto cuando se dañan. Ninguno de nosotros cuenta con respaldo oficial en el suministro de repuestos e insumos para vehículos“.

Oscar Viloria

Viloria también comentó que el costo de un camión no alcanza para mantener una familia: “Muchos lo ven como si fuese un dineral, pero en realidad no es nada, y simplemente las ventas de agua han caído por las lluvias, yo al día hago dos o tres carreritas, porque también con este problema de la gasolina y el gasoil, es un obstáculo para nosotros”.

Algunos colegas alegaron que ya el suministro de agua ya no es una demanda para las comunidades, que ellos mayormente tienen pedidos para empresas, fábricas y centro comerciales de la zona.

José Bolívar aclaró que “las ventas están normales, en esta etapa del año se ausenta, mayormente tenemos demanda es en organizaciones grandes, y el precio de un camión va a depender para el lugar donde lo pidan”.

María Cordado nos comentó que la solución está en pedirle a Dios que mande la lluvia frecuentemente para tomar ese dinero para otras cosas. “Yo antes llenaba el tanque de mi casa cada 8 días, pero en vista al alto precio, he tomado la alternativa de sacar mis perolitas a la canal para que se llenen, y así me ahorro ese dinerito”.

 

CÉSAR ORTEGA (pasante) | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA