Estudios afirman que las madres “insoportables” crían a hijas exitosas

En realidad, las pautas para criar a un niño exitoso como tal, no existen. Sin embargo, Ericka G. Rascon-Ramirez, profesora de la Universidad de Essex, realizó un estudio que demostró que las madres exigentes logran criar hijas más exitosas.Por lo tanto, las mujeres exitosas tienen madres muy exigentes.

En muchísimas ocasiones, las adolescentes se enojan con las actitudes molestas de sus madres por decir malas palabras, no dejarlas salir con amigos, obligarlas a lavar los platos y pedirles que saquen la basura. Incluso se sienten celosas de las madres de sus amigas que son tan geniales y despreocupadas. Si después de otra pelea escuchas una y otra vez, “¡Me lo agradecerás más tarde!”, prepárate para sorprenderte, tu madre podría tener la razón.

Ericka G. Rason-Ramírez, candidata a Doctorado en Filosofía, realizó una investigación que cubrió a 15 000 alumnas de 13 a 14 años. Durante 10 años, estudió las experiencias de las adolescentes, recopiló los datos y los analizó. Basándose en los resultados obtenidos, Ericka llegó a la conclusión de que las madres más duras y estrictas crían hijas que alcanzan el éxito más rápido que los niñas de madres amables.

También descubrió que casi todas las personas exitosas tienen madres duras y exigentes. Resulta que el camino más corto hacia el éxito es a través de la maternidad exigente.

Este estudio no se centró en las madres que encierran a sus hijas en el hogar, controlan cada movimiento, prohíben todo o usan el abuso físico o mental para controlar a sus hijos. Una “madre insoportable” es solo una madre que constantemente da instrucciones sobre la toma de decisiones futuras, advierte sobre el embarazo prematuro y el matrimonio, da tareas y exige ayuda con las tareas domésticas; controla el tiempo de sus hijas y tiene grandes expectativas para sus futuros. En general, estas madres hacen todo lo que la mayoría de las adolescentes odian.

Todos los padres, tarde o temprano, se preguntan: “¿Cómo debo criar a mi hijo? ¿Qué es mejor: un premio o un castigo?”. Si los niños son criados con demasiada dureza, se distancian y comienzan a mentir, porque tienen miedo de decir la verdad. Esto sucede cuando los padres exigen que su hijo sea perfecto o insisten en una obediencia incondicional. Es una mala idea basar la relación de padres e hijos en el miedo. Es importante encontrar la línea entre la comunicación abierta, la atención de los padres y los altos estándares.