Comerse un heladito ya no es rentable para los ribenses

Caminar por las calles y plazas de la ciudad de La Victoria en compañía de amigos, amores y familiares, degustando un helado cremoso, al parecer quedó en el olvido para más de uno, pues los tiempos mozos donde esto pasaba cambiaron y ahora esta delicia fría está cada vez más “cariñosa”, alejándose de las posibilidades de compra de los ciudadanos.

Pese a que los precios son altos, siempre hay alguien que se da el gustito

Y es que hasta hace algunos años disfrutar de este postre era “lo más top” y la manera más jocosa y divertida de compartir, sin tener que hacer mayor gasto, por tanto las heladerías de todo el centro colocaban gran cantidad de ofertas que atrajeran clientes a sus tiendas, quienes se sentaban a degustar sus sabores favoritos y pasar un rato agradable.

Sin embargo, en la actualidad el panorama cambió a raíz de los problemas económicos, colocando las prioridades de las personas por delante y comerse un helado está en el último peldaño de compras, por sus precios impagables, dejando a estos sitios que se veían con largas colas de niños, jóvenes y adultos deseosos de comerse un helado, casi solos.

En este sentido, tras un recorrido realizado por las heladerías del centro de la capital del municipio Ribas, se pudo conocer de primera mano que estos sitios siguen igual, con la misma atención, pero la diferencia es que los precios aumentaron y la mayoría de los helados tienen uno nuevo.

Siendo así que cada helado pasa los diez mil bolívares y una simple barquilla está en el orden de los 2.500 y 3.000 bolívares. Mientras tanto las populares paletas, dependiendo del lugar donde se adquiera, se pueden conseguir entre los 1.800 y 8 mil soberanos.

Dueños y encargados aseguraron que tener este tipo de negocios en la entidad o en cualquier zona popular representaba un negocio muy lucrativo, de hecho aceptaban cesta ticket o bonos alimenticios; también tenían puntos de venta. Pero ahora sólo hay punto de venta y efectivo.

Carlos Angular, propietario de una heladería en la calle Francisco de Loreto comentó que cada vez es más agudo el problema con las ventas. “Anteriormente vendíamos cerca de 100 helados diarios en una día de semana normal, ahora si vendemos tres al día es mucho, la gente ha dejado a un lado estos gustos para comprar comida”.

Asimismo, explicaron que, a pesar de todo, las heladerías permanecen abiertas y muestras un servicio óptimo con variedad de sabores, eso no llama la atención de los clientes, ya que sus necesidades cambiaron. “Para nadie es un secreto que ya el dinero que se gana no alcanza, sino para pasaje y comida, por tanto el comerse algo dulce como lo que exhibimos no es del agrado de muchos y de allí las pérdidas”, dijo Yoliana Peña, encargada de uno de estos lugares.

Para finalizar, este gremio de comerciantes aseguraron que seguirán trabajando en sus negocios, sin dejar a un lado su buen trato, ya que siempre hay gente que hace un sacrificio y necesita de un sitio donde poder pasar un rato a solas con un helado, algo bastante reflexivo.

DANIEL MELLADO | elsiglo