Vecinos hallaron muerto a joven en Mata Caballo

Vecinos de la urbanización Mata Caballo, en la parroquia Pedro Arévalo Aponte del municipio Santiago Mariño, se vieron sorprendidos en horas de la mañana de este martes cuando ingresaron a una zona boscosa en la parte alta a buscar leña y se encontraron con el cuerpo de una persona de sexo masculino.

Ante ese escenario, los moradores salieron corriendo despavoridamente e inmediato reportaron el asunto al resto de los habitantes e integrantes del consejo comunal. Luego notificaron del suceso a los funcionarios de la Policía de Aragua, destacados en el Centro de Coordinación Policial III.

En efecto, varias comisiones de la PA se dirigieron al lugar a cerciorarse del macabro hallazgo, y confirmaron la información, dando aviso posteriormente a la Base de Homicidios de San Pablo, en Turmero.

Bajo la venia del comisario Edgard Hernández, jefe de la División Regional de Homicidios, los sabuesos se trasladaron al referido urbanismo e inspeccionaron la zona cuidadosamente. Se trataba de un cadáver de un joven.

Tras verificarse la documentación, la víctima de ese hecho de sangre respondía al nombre de Jorvis José Ávila Lares, apodado “El Niño Jirvis”, de 18 años de edad, quien presuntamente residía en Palo Negro del municipio Libertador.

Del hecho como tal, se sospecha que ese lugar donde hallaron el cadáver, se trataría de un sitio de liberación. Se presume que sujetos desconocidos lo habrían raptado en Palo Negro por motivos que no fueron revelados a los reporteros y en una zona imprecisa le dieron muerte con arma de fuego.

Para despistar a los investigadores del Cicpc, los antisociales arrojaron el cadáver en ese espacio enmontado, y el móvil se inclinaría a un ajuste de cuentas entre bandas. Sin embargo, habrá que esperar por el resultado de las investigaciones policiales.

Y en aras de llegar a la verdad de los hechos, las comisiones citaron a los familiares y allegados a la víctima a rendir declaraciones sobre su misteriosa desaparición. El cadáver fue trasladado a la Morgue de Caña de Azúcar.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo