La ola de violencia contra musulmanes que comenzó el pasado domingo, en aparente represalia por los atentados yihadistas del mes pasado, ha causado al menos un muerto y decenas de establecimientos atacados en Sri Lanka, donde ya se ha levantado parcialmente el toque de queda impuesto anoche.
El fallecimiento se registró en la zona de Chilaw, en la Provincia Noroccidental, la más afectada por el brote de violencia, y la víctima presentaba heridas de arma blanca, informó una fuente del Hospital Marawila, el centro sanitario regional al que fue trasladado el cadáver.
El toque de queda decretado anoche en todo el país en vista de los ataques contra mezquitas y propiedades de musulmanes en varios puntos fue levantado a las 04:00am, hora local, pero continúa en vigor en la Provincia Noroccidental, indicó la Policía del país isleño en un comunicado.
En Minuwangoda, a unos 40 kilómetros al norte de Colombo y uno de los puntos en los que se registraron ataques contra fieles del islam, reinaba a tempranas horas la calma, después de que las restricciones a la reunión concluyeran dos horas más tarde que en el resto de la nación.
Un portavoz de la Policía de la localidad, Rohan Rajapaksa, confirmó que unas 40 tiendas pertenecientes a musulmanes fueron atacadas en los últimos dos días en el área.
El partido Alianza Tamil Nacional, representante de esa minoría que habita el norte de la isla, mostró su profunda preocupación por los incidentes y destacó que algunos de ellos tuvieron lugar durante el toque de queda, lo que evidencia la falta de medidas “efectivas” por parte de las fuerzas de seguridad.
“No puede haber lugar para el terrorismo en este país, ni para el terrorismo que pone bombas en las iglesias, ni para el terrorismo que ataca mezquitas”, concluyó el parlamentario y portavoz del TNA, M.A. Sumanthiran, en un comunicado.
La ola de violencia comenzó el domingo en la ciudad de Kurnegala, a unos cien kilómetros al noreste de la capital isleña, y llega tres semanas después de la serie de atentados coordinados del Domingo de Resurrección contra tres iglesias y tres hoteles de lujo, que causaron 253 muertos y más de 500 heridos.
Tras los ataques, las autoridades religiosas de la comunidad musulmana decidieron suspender temporalmente los rezos comunitarios de los viernes por miedo a ataques de represalia.
EFE