Los habitantes de Los Cocos, al sur de Maracay, están muy preocupados por el desbordamiento de las aguas servidas del barrio, ya que tienen mucho tiempo con esta problemática sin que las autoridades resuelvan la situación.
Se supo que al parecer el daño de la bomba que permite reconducir las aguas residuales es la causa de este colapso cloacal, especialmente en la calle Sucre y adyacentes, cuyos residentes viven “chapaleando” aguas negras y enfermándose con el mal olor.
Al respecto, Igor Antequera resaltó: “Esta situación tiene 2 años y 4 meses exactamente, esto lo repararon, pero se volvió a dañar y ahora esta cloaca que sirve de aliviadero está totalmente colapsada”.
Antequera explicó en su relato que “en el sector hay una bomba que recoge de manera subterránea las aguas negras, estas, a través del rebombeo, son arrojadas a la canal del río Madre Vieja o al lago”.
Por lo tanto, agregó, “se necesita que se haga un achique y una limpieza a los conductos de estas bombas ya que tienen mucho tiempo sin funcionar y cuando empiece a halar esta agua se va a desbordar todo por la obstrucción existente”.
Por su parte, Yudith Torres exclamó: “Es horrible vivir así, no es posible ni siquiera comer tranquilo. La hediondez de esas aguas penetra en las casas. Es increíble que no hayan solucionado este problema. Una vez se acercaron, medio ‘parapetearon’, pero volvió nuevamente a suceder”.
Es preciso señalar, que la calle Sucre de Los Cocos es una bajada y justo donde termina la calle se encuentra la cloaca colapsada, por lo que algunos vecinos aseguran la falla en la bomba genera la congestión de la boca de visita.
CALLES A OSCURAS
Otro de los problemas denunciados por los habitantes de San Carlos es la falta de alumbrado público ya que los postes no tienen bombillos. Aseguran que, aparte de soportar el mal olor de las cloacas, en medio de la oscuridad deben ir saltando los pozos de aguas negras.
Sobre este tema Escarleth Sorsano dijo: “Aquí de noche da miedo pasar. Esto es más oscuro que el ‘hoyo negro’. Los bombillos de las calles no funcionan”.
De igual manera opinó Rafael Hernández, quien dijo: “Es bastante lastimosa la situación. Nuestro barrio en un momento todo funcionaba, pero de repente se fue deteriorando hasta el punto del colapso. Ahora estamos así: con aguas desbordadas, viviendo en las penumbras”.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
