Mientras compartía con su novia del barrio, varios delincuentes se acercaron silenciosamente al sitio y en un descuido asesinaron de disparos a su enemigo que andaban buscando desde hacía rato, ante la supuesta acción de tomar venganza por “algo desconocido”.
La víctima de ese hecho de sangre fue identificada como Kenny Alexander Morillo, de 17 años de edad, quien residía en el sector El Campito, en La Cabrera del municipio Girardot, zona limítrofe con Mariara del estado Carabobo.
De acuerdo a la descripción del suceso, Morillo salió a tempranas horas de su casa, informando a su señora madre que saldría un par de horas a visitar a su prometida, a quien amaba inmensamente.
Y así ocurrió. Animadamente el muchacho abandonó el lugar y se dirigió a la residencia de la chica, con quien compartió los últimos momentos de su vida. Cerca de las 11:00 de la noche del sábado, la pareja se trasladó a un lugar específico del barrio El Campito, en donde estaba intercambiando opiniones con unos amigos.
Poco después se acercaron unos sujetos a bordo de dos motos y la dejaron aparcada en un lugar. De allí caminaron a donde estaba el menor y sin motivo aparente le efectuaron varios disparos causándole la muerte.
Mientras que la novia recibió varios cachazos en la cabeza. Minutos después del acto criminal, los homicidas huyeron de la zona a toda velocidad. La gente habló entre 4 y 5 hombres armados y al parecer no son de la zona.
Dadas las circunstancias del caso, el móvil del crimen se orientaría presuntamente a un acto de venganza, y vecinos de la zona defendieron el comportamiento del muchacho. Sin embargo, se sospecha que los homicidas lo habrían confundido con alguien.
No obstante, el caso está bajo averiguación de los funcionarios de la Base de Homicidios de Maracay-Caña de Azúcar. Los sabuesos no descartan ninguna de las hipótesis planteadas y mientras no se demuestre lo contrario, todas las conjeturas son válidas a la hora de iniciar las averiguaciones. El cadáver fue llevado a la Morgue de Caña de Azúcar para la autopsia de ley.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
