Con el paso de los años percibimos cómo el avance de la era digital abarca
nuestros hogares, relaciones y principalmente el lugar de trabajo, lugar donde
habitualmente pasamos casi 10 horas al día, en una rutina que se repite día tras día.
La ventaja del desarrollo tecnológico, principalmente en ambientes corporativos, se debe al hecho de la transmisión de información en tiempo real. El uso de herramientas digitales como correo electrónico, mensajes grabados, celulares, y otros medios electrónicos ha transformado la vida de los colaboradores y de toda organización industrial, es común interactuar mucho más con computadoras que con colegas o supervisores. Es evidente que la tecnología ha contribuido mucho a alcanzar niveles de eficacia y eficiencia altos, ha optimizado procesos y revolucionado productos pero, en contrapartida, también produce un efecto alienante, ha aumentado la distancia física y deteriorado el factor humano, promoviendo el estrés en ambientes corporativos, pues lo que se espera es que las personas estén “en línea”; las 24 horas del día.
¿Cuál es el impacto del constante uso y creciente evolución de la tecnología
digital en entornos corporativos? ¿Cómo es posible para los gerentes evaluar y
reconocer los mejores indicadores de diferentes áreas y sectores cuando los mismos ni siquiera logran establecer un contacto físico con sus colaboradores, supervisores y
coordinadores por días, semanas, y en algunos casos hasta por meses? La respuesta es el establecimiento de confianza aliado al uso de tecnología. Los gestores deben hacer
uso de herramientas digitales, aliarse a los e-mails, teleconferencias y
videoconferencias, pero sobre todo deben incentivar el espíritu en equipo,
incentivando ocasiones de comunicación regular en común acuerdo con todo su
equipo, ejerciendo así un papel proactivo y enfatizando la preservación del elemento
humano en el ambiente de trabajo, incluso cuando existe un gran uso de la tecnología
en el lugar de trabajo, lo que es natural en grandes organizaciones.
Se estima actualmente que gran parte de toda comunicación no se hace de manera verbal, sino electrónica. Esto dificulta el establecimiento de confianza pues
imposibilita a los gestores la oportunidad de intercambiar ideas con colegas de equipo,
discutir mejores prácticas y soluciones, evaluar la evolución de las personas y no de
máquinas, enfatizar nuevas acciones, debatir estrategias y reconocer el éxito de un
sector. Lo que no se ve en sus interacciones puede perjudicar la evaluación y el juicio
de sus tomas de decisiones. Aunque el uso de tecnología sea eficiente, los gestores no
deben dejar que su presencia sea sustituida por recursos electrónicos, después de
cuanto más avanzada sea la tecnología que nos rodea, mayor necesidad de contacto
humano debemos tener. Todo resultado depende de personas, porque sin personas
simplemente no hay procesos.
Ante la competición acertada y la búsqueda de rebanadas de mercado, presión
y cambios constantes, tomar conocimiento real y evaluar sectores productivos se
transforma en un desafío. El buen gestor es capaz de adecuar la buena relación
personal con la era tecnológica, para transformar datos en ganancias, considerando
que en la mayoría de las grandes organizaciones la línea gerencial busca el entusiasmo entre todos, el uso adecuado de tecnología puede transformarse en una verdadera herramienta para noticiar e informar a todos sobre las metas alcanzadas, creando
relaciones de trabajo positivas y comprometiendo todo el ambiente de trabajo.
Envolver a los colaboradores, transforma la organización en un ambiente altamente
eficaz, la continua comunicación entre gestores, gerentes y colaboradores es un
enorme motivador, y en un mundo cada vez más digital, es necesaria la adecuación y
uso de tecnología, para obtener lo mejor de ella y el bien común como visión y valores,
para toda la organización.
Autor: Pablo Dávalos
