Consejos para un matrimonio feliz

Si acabas de contraer matromonio, o estás a punto de dar este gran paso en tu vida, debes tomar en cuenta algunos consejos para que tu matromonio sea de los más felices, de acuerdo a los resultados que arrojó un estudio realizado por la Universidad de Iowa, en Estados Unidos.

Los hijos pueden esperar.

En un estudio realizado se entrevistó a un grupo de matrimonios antes y después del nacimiento de su primer hijo. De la misma forma, otro grupo de parejas que decidió no concebir tan pronto proporcionó los correspondientes testimonios. En los resultados se observó una tendencia muy clara: aquellas parejas casadas y con hijos presentaron un descenso en los niveles de satisfacción conyugal comparadas con aquellos matrimonios que no procrearon.

Siempre “nosotros”, jamás “yo”.

Quienes emplean pronombres personales como “nuestros” y “nosotros” durante una discusión con su media naranja tienen conflictos menos duraderos y desgastantes (y en consecuencia, una vida más tranquila) que aquellas parejas que suelen emplear los “yo”, “tu”, “mío” y “tuyo”.

Busca pretendientes con buena autoestima.

Casarse con una persona que no tenga buena autoestima puede resultar contraproducente, al menos es lo que concluyó una investigación de la Universidad Estatal de Nueva York, en los Estados Unidos. Los investigadores se enfocaron en realizar una serie de pruebas a jóvenes recién casados, y encontraron que cuando una de las partes tiene muy baja autoestima, presenta una tendencia a la codependencia y no cumple con las expectativas del cónyuge.

Sé un buen compañero, pero no demasiado.

Otra vez investigadores de la Universidad de Iowa, encontraron que un excesivo compañerismo (como frecuentemente dar consejos que el otro no solicitó) resulta mucho más nocivo para una relación que adoptar la posición del “conyugue neutral”. Según las conclusiones de los expertos, a las personas les gusta saber que pueden echar mano de otra persona, pero cuando esa persona pasa a cuidar demasiado nuestras vidas, se pierde el sentido de la individualidad y la relación se echa a perder.

Huye de las mujeres cuyos padres se divorciaron.

Puede parecer un consejo altanero y hasta injusto, pero es bastante claro: “las mujeres cuyos padres se divorciaron son más propensas a involucrarse en matrimonios con menos compromiso y confianza sobre el futuro de la relación, incrementando el riesgo de una separación”. Es lo que concluye un estudio realizado en la Universidad de Boston, en los Estados Unidos, donde se pusieron a prueba las expectativas de 265 parejas que acababan de unirse en matrimonio.