Enseñando la solidaridad

Pasando las fronteras de la capital de Ribas, el equipo llegó hasta el sector Tiquire Flores del municipio Revenga, donde fuimos recibidos por la profesora y psicopedagoga América de Monte de Oca, una madre joven, quien exclamó que con el transcurrir del tiempo ha aprendido que todo lo que uno hace con bien, se devuelve mucho mejor.

La profesora América de Montes de Oca ayuda a los chipilines

América cuenta que ella siempre ha sentido mucha afinidad por los más pequeños, pues en ellos está basado el futuro y fue por eso que su vocación siempre fue enseñar y conocer más de ellos, es por eso que estudió y se preparó, no obstante, fue hasta hace por los menos tres años y en vista de la situación que atravesaba el país, que decidió ayudar a madres de su edificio que no tenían el tiempo para ayudar a sus niños.

“Una vez subiendo a mi apartamento vi como varios niños debatían en cómo hacer una tarea y me di cuenta que no todos los padres contaban con el tiempo y la disposición de ayudar a sus hijos, fue por eso que tomé la iniciativa de invitarlos a mi casa, allí leímos lo que debían y realizamos la tarea, de ahí en adelante más niños comenzaron a ir y yo, sin mucho comencé, a darle una especie de tarea dirigida, sin cobrarles nada, porque la educación es gratis y yo no puedo limitar mi aporte”, dijo la profesora.

Igualmente comentó que estas jornadas de aprendizaje la ayudaron a conocer más la realidad de muchas familias, y de esa forma orientar a los padres y representantes que permitían formas de cómo colaborar, esto sin dejar a un lado sus labores como cabezas de casa.

“Desde mi ámbito trato de ayudar y apoyar, puesto que yo como madre, sé todo lo que conlleva llevar un hogar y además estar presente en la crianza de los muchachos y considero que esto no debe ser impedimento, por eso ofrezco lo que puedo, para así demostrar que si hay tiempo y manera de estar presente”, exclamó.

Por otro, lado indicó que en las tareas dirigidas también en ocasiones les hace dinámicas y hasta les da una vez más que otra merienda, pues la alimentación también es primordial. “Yo también tengo hijos y si puedo enseñarles y hacer sacrificios para darles sus meriendas, lo hago y como bien dice el dicho donde comen dos, comen tres y hasta cuatro”, aseveró.

En su casa y sin ningún costo les ayuda en sus asignaturas

 

DANIEL MELLADO | elsiglo