Cultivando la cooperación

Y es que los que residen en cada uno de los municipios que conforman la entidad aragüeña no se limitan a la hora de para ejecutar tareas que les den un respiro a compañeros, amigos y afectos, ya que, desde sus respectivas posibilidades, apoyan con la siembra de vegetales y hortalizas en espacios que antes eran improductivos.

Los trabajadores de la tierra comentaron que su trabajo es bien pagado con las sonrisas de los que reciben la ayuda

Siguiendo la senda en la ciudad de La Victoria nos encontramos con un pequeño espacio de agricultura urbana, un oasis en un desierto de concreto. Allí nos topamos con Mirna Hernández y Víctor Guevara, quienes desde el año 2013 están encargados de llevar adelante un pequeño huerto, el cual funciona para ayudar a las familias vulnerables que residen en la parroquia Castor Nieves Ríos.

La señora Mirna explicó que esta iniciativa la tomó a raíz de sus conocimientos y sentimientos agrícolas, los cuales mantiene desde muy pequeña, y también por su disposición de ayudar a todo el que pueda necesitarlo, valores que según ella le vienen desde casa.

“Yo desde muy niña veía como mis padres trabajaban la tierra y me fue gustando, pero fue hasta hace aproximadamente 6 años, cuando iba pasando por las cercanías de la estación policial de Aragua Este II y vi un terreno baldío que me motivó a sembrar y reusarlo, no sólo para ayudarme, sino también a las personas que a veces necesitan y no tienen la posibilidad. Fue allí cuando en compañía de Víctor, nos dirigimos y hablamos con el comisario que para ese momento estaba y muy cordial nos cedió el espacio”, expuso.

SEMILLERO SOLIDARIO

De ahí en adelante comenzó el trabajo arduo, pues acondicionaron el lugar y comenzaron ellos mismos a conseguir las semillas y crear los semilleros, esperando que dieran los primeros frutos, los cuales utilizaron para ayudar a algunas familias.

En vista de que el espacio era apto para la siembra, siguió labrando en el terreno y consiguiendo apoyo en distintos organismos, pues sus ingresos no les daban la base, pero su intención de ayudar seguía viva.

“Tomamos todas las medidas para seguir con este proyecto y conseguimos ayuda gracias a Dios, la misma que nos sirvió no sólo para ofrecer más a las personas, sino también agrandarnos con la creación de plántulas, hacer los criaderos de lombrices para el abono, y por supuesto, más alimentos que brinden tranquilidad a quien lo necesite”, comentó Guevara.

En el huerto los habitantes pueden conseguir vegetales, hortalizas, plantas ornamentales y medicinales, abono y semilleros

Igualmente estos agricultores de ciudad comentaron que ya tienen para ofrecerles a las personas no sólo alimentos como berenjenas, cebolla, cebollín, cilantro, lechosa y tomate, sino también plantas ornamentales, medicinales y si quieren realizar sus “huertitos” en sus espacios, un pequeño taller para trabajar con lo que brinda la tierra.

“Estamos realmente contentos de que con nuestro trabajo podemos ofrecer un poco de bienestar a los que por aquí viven y por ende fortalecer valores y demostrar que pese a cualquier situación, las personas nos tenemos a nosotros mismos para apoyarnos”, exclamó Hernández, mientras regaba sus plantas.

 

DANIEL MELLADO | elsiglo