Combatiendo las llamas

Un grupo de personas, prácticamente invisible a la vista de la comunidad, se organiza para combatir y extinguir las llamas que por temporada amenazan al Parque Nacional Henry Pittier, nuestro querido pulmón vegetal.

Son los cortafuegos, un grupo de socorristas del estado Aragua que actúan como héroes anónimos cuando el fuego amenaza la tranquilidad ciudadana.

Como una familia que protege, así son estos héroes anónimos

Cabe destacar que esta sociedad ecológica que le mete el pecho a tan dura ardua tarea de combatir los incendios forestales, no es improvisada; se trata de más de 200 personas, que funcionan bajo estatutos y reglamentos, y que por se consolidan como una institución bien organizada.

Llevan muchos años formándose bajo ejes fundamentales como la educación ambiental y el voluntariado, sin objetivos personales ni protagonismos; solo los mueve las ganas de preservar y mejorar el ambiente y la valentía de tenerle miedo a la candela.

MEJORES CIUDADANOS

Otman Monasterios, presidente de la Sociedad Ecológica Conservacionista Aragua (SECA), explicó que dicha organización sobrepasó los límites de una función social para convertirse en una cuestión de vida.

“Este grupo de personas trabaja en función de la comunidad y de nuestro ambiente. SECA en estos 47 años ha sido un estilo de vida, es algo cotidiano como ir al trabajo, como ir a la escuela, al liceo”, dijo.

Precisó que “la finalidad es fomentar, instruir y orientar a niños, jóvenes y adultos en la solución de los problemas que aquejan al medio ambiente, para ello hemos estructurado un sinfín de actividades que durante este tiempo se ha ido fortaleciendo, y es la satisfacción del trabajo útil, construir mejores ciudadanos”.

Cabe destacar que en esta sociedad todos pueden participar, pues el principal requisito es querer ser parte del sueño. No se mueven por una cuota mensual ni por un fondo económico, sólo las ganas impulsan a sus participantes.

HÉROES DE LA SEQUÍA

Es importante indicar que esta organización vive su época heroica durante las sequías, cuando los incendios forestales están a la orden del día, debido a elementos meteorológicos y la inconciencia ciudadana.

“Las personas por negligencia, al igual que otras por desconocimiento e ignorancia, queman la basura o provocan incendios de vegetación, por ello este tipo de actividades afecta a toda la comunidad, sin embargo, la población no internaliza que los incendios son problema de todos, por lo tanto la época más dura para este grupo son los meses de noviembre a mayo, temporada de sequía, donde se generan más incendios”.

Este grupo de voluntarios no recibe ningún tipo de ayuda gubernamental o beneficio económico, “para el mantenimiento y administración del mismo, nosotros funcionamos bajo la autogestión y el aporte que dan los socios semanal o mensualmente, sin embargo, estamos adscritos a la Dirección de Protección Civil del estado Aragua”.

¿QUÉ LOS MOTIVA?

Estos héroes no los motiva el peligro, sino las ganas de ayudar a los ciudadanos sin recibir nada a cambio, son solidarios sin importar el peligro.
Así lo explicó Isabel Gallardo, de 80 años de edad, quien es calificada por los demás compañeros como “el cerebro de la Institución”.

“A mi me sensibiliza las necesidades de las personas, a la edad que tengo pienso en proteger a los demás. Ya tengo 35 años dentro del organismo y aquí estoy y me mantendré a la orden de quien lo necesite”, dijo la veterana voluntaria.

De la misma manera, Eduardo Rodríguez, de 70 años, coordinador general del Grupo de Rescate 88, quien tiene 45 años en las labores de voluntariado ambiental, comentó que “la motivación más grande es salvar vidas, no viendo a quien, no vemos colores, sólo queremos salvar vidas. Me he dedicado a esto toda mi vida, a ser un mejor ciudadano, y a lo que se puede hacer para mejorar la calidad de vida de los más necesitados”.

En este orden de ideas, Ender Melean, de 27 años, con 15 años como voluntario y funcionario de Protección Civil, nos explicó las razones e su motivación por esta labor. “La mejor motivación es mi papá, desde pequeño, entre los 7 u 8 años, me integró al grupo de voluntarios y de esa manera he pasado por varias organizaciones y todas estas personas me han enseñado muchísimo, todos los días aprendo de todos y lo mejor es que me gusta y me produce satisfacción”.

Dentro de las anécdotas más relevantes de este grupo que tiene su mano amiga a los vecinos del municipio Mario Briceño Iragorry cuando las llamas se levantan, se encuentran las dificultades vividas y superadas durante la tragedia de El Limón, que ocurrió el 6 de septiembre 1987.

Muchos de los actuales integrantes trabajaron arduamente en esa contingencia y vivieron momentos que jamás pensaron vivir cuando se produjo aquel gigantesco deslave.
Es por ello que estos “caballitos de la guerra contra el fuego” están prestos a colaborar en todo momento, sin medir consecuencias y sin buscar rédito, solo sienten el llamado de su conciencia cuando ven el fuego que consume la belleza del parque y amenaza a los vecinos.

Y es importante recordar que no son seres invisibles, aunque sean anónimos, pues están dispuestos a todo por ayudar al más necesitado, lo que nos deja una reflexión sobre la necesidad de asumir la conservación del ambiente y adoptar el espíritu del trabajo comentario, como una forma de ser héroes de la sociedad.

 

NEHOMAR J. AZÓCAR S. | elsiglo
fotos | JOSÉ RÁMON GONZÁLEZ