Como cada 21 de marzo, este jueves se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, una celebración promovida por las Naciones Unidas y secundada por un gran número de organizaciones nacionales e internacionales que busca la concienciación pública sobre el síndrome de Down así como recordar la dignidad inherente.
Este año, bajo el lema ‘No dejar a nadie atrás’, centra sus esfuerzos en la concienciación sobre la importancia de que las personas con síndrome de Down tengan la oportunidad de disfrutar de unas vidas plenas, tanto en igualdad de condiciones con los demás.
Como en el resto de aspecto de la sociedad, algo que, como el organismo internacional recuerda, está recogido por la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible de la ONU, un plan de acción en favor de las personas y el planeta que tiene como objetivo que «nadie se quede atrás».
El síndrome de Down es una combinación cromosómica natural que siempre ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud.
El acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el desarrollo de la persona.
En diciembre de 2011, la Asamblea General designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down.