Día Mundial del Riñón

Cada segundo jueves del mes de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, debemos recordar que los riñones son uno de nuestros principales órganos. Todas sus funciones son de suma importancia, ya que limpia nuestra sangre y mantiene en equilibrio los niveles de sales y agua en nuestro cuerpo.

La enfermedad renal crónica (ERC) actualmente es la sexta causa de muerte de más rápido crecimiento. Se estima que 850 millones de personas en el mundo padecen enfermedad renal por diversas causas. La enfermedad renal crónica (ERC) provoca al menos 2.4 millones de muertes al año, mientras que la lesión renal aguda (AKI, por sus siglas en inglés), un importante impulsor de la enfermedad renal crónica, afecta a más de 13 millones de personas a nivel mundial.

Por eso, hoy te daremos cuatro consejos para que cuides este órgano vital.

No te excedas con las proteínas

Si excedes el consumo de proteínas, los riñones tendrán que trabajar más para limpiar la urea de la sangre, lo que puede dañarlos irreparablemente.

Evita comidas altas en sal

Una de las funciones claves del riñón es filtrar el sodio (parte de la sal), el cual expulsas del cuerpo como orina. Para cuidarlo debes optar por comidas caseras y bajas en sal. Lo ideal es consumir 5 gramos de sal (cloruro de sodio) al día.

Ten un plan alimenticio

Para evitar que un mal funcionamiento pase a mayores acude a un especialista que te elabore un plan alimenticio personalizado y a tu medida. Es un error basarse solo en dietas que se encuentran en el Internet, pues tu condición podría tener requerimientos nutricionales diferentes que consideran enfermedades previas, aspectos genéticos, entre otros.

Toma mucha agua

Dicen que el estándar es tomar 2 litros de agua al día; sin embargo, esto debe variar dependiendo de las condiciones y estilo de vida de cada persona. Si los riñones reciben poca agua no podrán funcionar correctamente y si se le da agua en exceso no podrán procesarla toda, lo que hace que se acumule en el organismo. Lo recomendable es acudir a un dietista para conocer mejor las necesidades hídricas de tu cuerpo, sin dejar de lado una recurrente visita al urólogo.