Pequeños experimentos para hacer en casa con niños

Para practicar ciencia con niños no hace falta ver programas estrambóticos de televisión ni correr riesgo alguno.

Si quieres probar con los chicos en casa, haz estos tres pequeños experimentos para que disfruten con los resultados que, dicho sea de paso, son espectaculares.

No te preocupes, los niños no corren el más mínimo riesgo con estos pequeños experimentos. Eso sí, podrías estar inculcándoles un pequeño germen, el de la pasión por la ciencia, el conocimiento y el descubrimiento del mundo.

Por ejemplo, si tienes pañales por casa, puedes fabricar nieve casera. Este experimento es, sobre todo, genial en lugares donde nieva poco durante el invierno, así los chicos disfrutan de los copos y no se enfrían.

Para llevar a cabo este experimento, abre un pañal y saca todo el algodón que hay en su interior. Luego, desmenuza el contenido hasta obtener unos pequeños polvos blancos.

Una vez tenemos estos polvos, los introducimos en un recipiente, lo cerramos y lo agitamos para que el algodón grande quede arriba y pueda ser retirado. Hecho esto, separamos el polvillo del algodón y lo dejamos dentro. Añadimos agua y en unos segundos, este material se verá reaccionar como si fuera nieve artificial que parece muy real.

También puedes hacer una lámpara de lava con tus pequeños sin salir de casa. Pero no te preocupes, no hay que ir a un volcán para obtener dicha lava, solo necesitas leche y algunos materiales que es más que seguro que tienes en casa.

Vierte 200 ml en una botella o recipiente largo, como un jarrón de cristal, por ejemplo. Luego, añade unos 100 ml de aceite vegetal. Verás que uno y otro líquido se dividen claramente. Así pues, espera unos minutos para que se mezclen un poco.

Pasado este tiempo, coge una linterna, enciéndela y ponla debajo del recipiente o botella. Luego, añade a la mezcla una pastilla efervescente. Verás cómo los líquidos se mueven e interactúan dando la forma de una lámpara de lava. Se ve genial.

Por último, también podéis crear vuestra propia pila o batería. Para ello, solo hace falta un limón que, en primero lugar, tendrás que cortar. Es decir, haz dos cortes a la fruta y añade en uno de ellos un tornillo y una moneda de cobre en el otro.

Y ya está. Con este sencillo paso, habéis fabricado una pila. Solo tienes que acercar un cable pelado que esté enlazado a una bombilla o aparato electrónico y veréis cómo funciona perfectamente, pues el tornillo le envía electrones a la moneda de cobre generando corriente eléctrica.