Así ha evolucionado el libro electrónico y cómo poco a poco está comiendo terreno al libro tradicional en un mercado en el que a día de hoy conviven los dos.
Es conveniente analizar cómo el negocio del libro se ha transformado durante los últimos años gracias al auge de Internet. El cambio es más que evidente: el formato de las ventas ha migrado de las librerías físicas a los libros digitales (ebooks) o la venta POD bajo demanda.
A propósito del Día de la Lectura, es conveniente analizar cómo el negocio del libro se ha transformado durante los últimos años gracias al auge de Internet. El cambio es más que evidente: el formato de las ventas ha migrado de las librerías físicas a los libros digitales (ebooks) o la venta POD bajo demanda.
Hoy en día, gracias a las posibilidades de exposición que existen en Internet, cada autor tiene la posibilidad de publicar libros por cuenta propia e incluso comercializarlos. En el caso de la prensa escrita, muchas compañías apuestan a combinar el modelo impreso con el digital, mientras que la gran mayoría de editoriales, librerías y distribuidores, se han tenido que adaptar al formato digital para no ver morir su negocio.
El éxito de la adaptación
Lo más importante para la supervivencia de estas compañías ha sido la adaptación. En este sentido, más allá de que una importante cantidad de librerías físicas haya desaparecido, lo que ha ocurrido es un cambio de formato que ha traído consigo el fracaso de las editoriales orgullosas que no han querido mover su negocio hacia la nueva era digital, donde los ingresos por suscripción y la prensa gratuita con promotores han marcado tendencia.
Quienes sí han aceptado el reto y han adaptado su modelo de negocio a la cultura digital, han experimentado un crecimiento nunca antes visto en la venta de ebooks, que se venden a través de plataformas como Lulu, Iberlibro y el gigante Amazon. De hecho, las principales redes sociales, como Instagram, Facebook y Twitter, se han convertido en una excelente vitrina para la exposición de estas obras digitales.
Causas del crecimiento de la lectura digital
La razón del éxito del negocio del libro digital en la actualidad es casi obvia: es muy sencillo buscar y encontrar el título de nuestra preferencia en cualquier lugar de Internet, sin importar si se trata de un libro académico o algún ejemplar de entretenimiento.
Otro motor del crecimiento de esta industria a escala global es el bajo costo de venta de algunos libros, que pueden ser adquiridos desde apenas US$ 1. Asimismo, la diversidad y la seguridad que existe en los métodos de pago digital hacen que la compra sea mucho más fácil para los usuarios. En el caso de los libros físicos, un formato que aún se comercializa muy bien, las compañías envían la obra al domicilio del usuario bien sea por mensajería o servicios de correo, todo esto en cuestión de horas.
Por otra parte, el auge de la tecnología móvil a través de smartphones sofisticados, tabletas y lectores de ebooks, ha hecho que sea mucho más fácil para las personas leer desde la comodidad del hogar, en el autobús camino al trabajo, en la oficina, etc. De esta forma, se ha evitado la necesidad de tener que desplazarse hacia una librería física con todo el tiempo que ello implica.
El error más común de quienes dirigen la prensa escrita es considerar que la era digital trae consigo una reducción inducida de empleos para generar mayor ganancia por el simple hecho de no contratar tanto personal. Se trata de todo lo contrario: una cantidad adecuada de trabajadores garantiza un mejor manejo del negocio, la internacionalización del mismo, el correcto mantenimiento de la línea digital, y la atención de los lectores, entre otros aspectos.
En el caso preciso del libro, el crecimiento de este mercado radica en las ventas por mensajería, pero ello no debe ser considerado como una causa para la desaparición del libro impreso de las tiendas físicas. De hecho, el libro físico bien puede convivir con otros formatos existentes actualmente como el de los cines, que siguen registrando grandes ganancias taquilleras pese a la masiva propagación de los contenidos en streaming.