Una ciudadana que trabajaba de obrera en la Universidad Central de Venezuela, núcleo Maracay, pereció en un accidente automovilístico en la avenida Bolívar Este, a la altura de la Escuela Básica.
Familiares identificaron a la víctima como Alberta Coromoto Castillo Flores, de 62 años de edad, madre de tres hijos y domiciliada en la urbanización Arsenal, en la zona oeste de la Ciudad Jardín.
Dijeron que la dama salió de su residencia a realizar una diligencia personal y de retorno a la casa, fue atropellada por un vehículo, cuyo conductor se dio a la fuga.
El percance vial, comentaron los denunciantes, sucedió el 17 de febrero a eso de las 11:00 de la noche, y ella por lo regular abandonaba su hogar, dirigiéndose luego a visitar a sus familiares. En las primeras de cambio le restaron importancia sobre su paradero y pensaban que estaría en la casa de uno de los tantos parientes.
Tardaba días en regresar al urbanismo, y en vista como no se comunicó telefónicamente con sus hijos ni mucho menos daba señales de vida a través de terceras personas, sus seres queridos comenzaron a buscarla por los centros asistenciales, comandos policiales, parientes cercanos y en los despachos de la GNB.
Con el pasar de las horas la angustia y la desesperación se fueron apoderando de toda la familia y en última instancia, agotando todos los recursos posibles, decidieron visitar la Morgue de Caña de Azúcar.
Lo hicieron en la tardecita del jueves, y sus hijos se encomendaron a Dios, pidiendo que el cadáver de la señora madre no estuviese allí y fueron momentos muy desesperantes, dijeron.
Un personal especializado del Servicio de Medicina y Ciencias Forenses, en el sector 9 de Caña de Azúcar, luego de los interrogatorios preliminares, informaron que de acuerdo a las características físicas de la persona aportadas en ese momento, se correspondían a la de Alberta Castillo.
Tras darse por enterados de que la señora había muerto en tales circunstancias, seguidamente sus seres queridos estallaron en llanto y dolor, y no es para menos, se trataba de un golpe muy fuerte en sus vidas.
El cadáver fue trasladado la madrugada del 18 de febrero a la Morgue de Caña de Azúcar para la autopsia de ley, y debido a la censura de la información en la Comandancia de Tránsito Terrestre, los dolientes pensaban que la trabajadora estaba visitando algún pariente cercano en Maracay.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
foto | FAUSTINO PÉREZ