El presidente de EEUU, Donald Trump, aterrizó hoy en Hanoi para reunirse este miércoles y jueves con el líder norcoreano, Kim Jong-un, sin hacer grandes pronunciamientos ni elevar las expectativas respecto a los posibles resultados de la cumbre en materia de desnuclearización.
Diez horas después que Kim y por un medio de transporte distinto -el avión en lugar del tren-, Trump llegó a Hanoi para la segunda ronda de su única gran apuesta diplomática, el proceso de distensión con Corea del Norte.
«Acabo de llegar a Vietnam. Muchas gracias a toda la gente por su gran recibimiento en Hanoi. ¡Multitudes tremendas, y mucho amor!», tuiteó Trump desde su hotel en la capital vietnamita.
SIN PRISA
El presidente estadounidense evitó, sin embargo, referirse a su segunda cumbre con Kim, quizá para no elevar unas expectativas que ha tratado de rebajar en los últimos días con el mensaje de que no importa si no hay acuerdos pronto sobre la desnuclearización en Corea del Norte, mientras ambas partes sigan negociando.
«No tengo prisa. No quiero meterle prisa a nadie. Lo que no quiero es que haya pruebas (nucleares y de misiles por la parte norcoreana). Mientras no haya pruebas, estoy bien», dijo Trump durante un acto el domingo en la Casa Blanca.
El mandatario buscaba así rebajar las esperanzas de que en Hanoi se alcance un acuerdo sustancial sobre la hoja de ruta para la desnuclearización de Corea del Norte, después de ocho meses de aparente parálisis en ese proceso tras la primera cumbre de Trump y Kim, celebrada el pasado junio en Singapur.
DEFINICIÓN COMPARTIDA
Al mismo tiempo, la Casa Blanca adelantó la semana pasada que en este encuentro intentará coordinar una «definición compartida» de desnuclearización con Corea del Norte, una tarea no poco ambiciosa dado que Pionyang considera que ese proceso debería incluir también a Corea del Sur.
El enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Biegun, lleva ya cinco días en Hanoi negociando con los norcoreanos los detalles de la cumbre.
Según informes de la prensa surcoreana, la cita podría concluir el jueves con la firma de una declaración de paz en la península coreana, un documento político y no vinculante pero que tendría un peso simbólico claro en una región que sigue técnicamente en guerra desde el armisticio de 1953.
EFE