El expresidente de Costa Rica y Nobel de la Paz Óscar Arias ha recibido una buena noticia en medio de la tormenta por la serie de acusaciones en su contra por abuso sexual.
El exmandatario fue sobreseído de los delitos de prevaricación y cohecho que se le imputaban por supuestamente favorecer un proyecto de extracción de oro que una minera canadiense intentó desarrollar en la zona norte del país centroamericano.
El político de 78 años aún debe enfrentar dos causas penales por violación sexual y abuso sexual, pero al menos se ha librado de acudir a los tribunales como el primer Nobel acusado por corrupción.
El Juzgado Penal de Hacienda hizo pública este jueves una resolución en la que declara prescritos los delitos que el ministerio público le imputaba a Arias por un decreto que firmó como presidente en 2008 a favor de la mina de oro de Crucitas.
La orden se frustró en 2010 por una sentencia del tribunal contencioso que admitió objeciones ambientales. La decisión de sobreseimiento significó un alivio parcial para el exmandatario, sus seguidores y parte del Partido Liberación Nacional (PLN), aunque la fiscal general Emilia Navas se apresuró a advertir de que apelará la decisión del tribunal, pues considera que aún es posible someter a juicio al exmandatario por prevaricación y cohecho.
La noticia cayó bien en el círculo de Arias, aunque él ha evitado manifestarse, consciente de la compleja situación jurídica a la que se enfrenta por las acusaciones de violación y abusos presentadas en febrero. La resolución del Juzgado de Hacienda evita, sin embargo, que el expresidente «que gobernó de 1986 a 1990 y de 2006 a 2010» sea juzgado por sus conductas como político.