¿Qué es el síndrome de excitación sexual persistente?

El síndrome de excitación sexual persistente, o lo que preferiblemente se llama trastorno persistente de excitación genital, es una reacción o respuesta de excitación genital desajustada e involuntaria, ya que sucede en un contexto o situación que la persona no percibe ni interpreta como erótica, causándole ansiedad y un gran malestar físico y psicológico.

“La excitación no tiene un significado sexual para la persona. La persona puede tener mejor dicho, sufrir orgasmos continuados, sintiendo una total incoherencia y falta de control de su propio cuerpo, debido a que no percibe una relación de los estímulos del ambiente con la respuesta genital que le da su cuerpo”, explica a CuídatePlus Carolina Muñoz, psicóloga y sexóloga del Instituto Sexología, Medicina y Psicología Espill.

A veces, “el desencadenante es un movimiento brusco en el autobús, de presión al montar en bici o al realizar determinados estiramientos”, señala Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS).
Por eso,  destaca la importancia de que cada paciente identifique cuál es ese desencadenante “gatillo”.

¿Se conoce la prevalencia? ¿Puede darse también en hombres?

“Hasta el momento actual, no se tiene referencia de que el trastorno lo sufran los hombres y no se sabe cuántas mujeres pueden padecerlo. Probablemente existan casos que no salgan a la luz por desconocimiento, vergüenza, miedo a no ser comprendidas y al rechazo”, dice Muñoz.
Por su parte, Molero puntualiza que aunque es un trastorno poco frecuente, “ahora es más fácil de identificar porque ha ido aumentando su conocimiento”.

Síntomas

La sexóloga del Instituto Espill cuenta que puede suceder que “cualquier movimiento de la pelvis desencadene un orgasmo. Otras veces, el orgasmo puede ir precedido de determinados sonidos o estímulos no eróticos, como el masticar, el ruido que se hace al absorber, el silbido…”.
Por lo tanto, su excitación fisiológica descontrolada no se relaciona con su percepción de lo que es erótico o estimulante, lo que le hace vivir tales experiencias de una forma muy incómoda y desagradable.
El orgasmo le puede sobrevenir en los momentos más inoportunos, sin poder hacer nada por evitarlo. Es como si el mecanismo de su respuesta orgásmica se disparara una y otra vez sin discriminar los estímulos.
Es muy similar al mecanismo de la sucesión de estornudos de las alergias, que, aunque estos también son desagradables e inoportunos, la persona puede llevarlo bastante mejor en su vida cotidiana.
“Como la mujer lo considera algo intruso o no deseado, aparece una reacción psicológica de rechazo”, indica la presidenta de la FESS.

¿Se conocen las causas?

Hasta la actualidad, no se sabe muy bien cuál es la causa de este grave problema, aunque se plantean diversas hipótesis. El profesor Barry Komisaruk, de la Universidad de Medicina de Nueva Jersey (Estados Unidos), ha publicado un reciente trabajo en la revista científica Journal of Sexual Medicine en el que lo relaciona con la presencia de quistes de Tarlov.
“En los resultados se observa que el 66 por ciento de las mujeres de su estudio presentaban esas pequeñas protuberancias en la columna vertebral. Cifra muy alta si se compara con que solo el 9 por ciento de las personas en la población general tiene estos quistes. Aunque esto no resuelve la incógnita, ya que hay otras mujeres que presentan el trastorno de excitación genital persistente y no tienen esos quistes; y personas que tienen esos quistes y no tienen el síndrome”, dice la sexóloga de Espill.