¿Amor de tu vida o alma gemela?

Tú también caíste cuando leíste a Sabines, pensaste en él o en ella y sonreíste al recordar cómo –desde que esa persona llegó a tu vida– convirtió tus días en una dramaturgia y tus noches en una llama de incertidumbre, pasión y locura:

«Y sépalo usted, que el amor llego a mi vida, y no tocando la puerta, o entrando por la ventana como dicen que llega… Ha llegado derrumbando la casa, tumbando las paredes, arrancando el piso, sacudiendo el alma…”

El dolor es lo que te ha llevado a tan tremenda confusión: el amor de tu vida y tu alma gemela no son la misma persona.
Los budistas siempre han predicado que quien te paraliza o acelera el corazón, quien te pone a temblar de pies a cabeza, quien debilita tus venas y sentidos, no es –para nada– tu amor eterno.
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Ése es quien no te propicia agitación, ansiedad o miedo, mucho menos dolor, incertidumbre o tristeza.
Tu alma gemela –o varias de ellas– pueden llegar de muchos lugares, en ciertas formas y en diferentes intensidades: tumbando paredes, arrancando pisos y sacudiendo el alma es cierto pero aquella persona en quien te reflejas y viceversa, sólo puede ser la que arriba a tu vida en paz, con ternura, paciencia y la única intención de amar.
Las diferencias entre todas las parejas que tendrás a lo largo de tu vida no se reducen a lo que les gusta, lo que anhelan o lo que te aportan, sino a la conexión –más allá de lo terrenal– que formarás con cada una.
Tal vez la Real Academia Española no se equivocó al definir el amor como un sentimiento intenso del ser humano que partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
De hecho, la mayoría ha acogido –de manera consciente o inconsciente– esta definición como la absoluta.
Para muchas parejas «sufrir por amor» es completamente aceptable y hasta habitual; es verdad, la miel se termina y la perfección se disipa con el paso del tiempo en cualquier relación, pero eso no significa que el dolor, la indiferencia y la violencia deban aparecer (por lo menos no cuando se trata del amor de tu vida).
Tu amor verdadero te inspirará a ser una mejor persona, pero tu alma gemela te romperá el corazón para que te conviertas en alguien mejor.
Cuando encuentres con quien pasar el resto de tu vida aprenderás que esa persona es quien impide que la realidad te sofoque; en cambio, tu alma gemela es quien en algún momento sentirás que te ahoga y por ello –en algún punto– te verás en la necesidad de escapar de ella.
Es verdad que tu alma gemela te hará vibrar como nunca antes lo has sentido; no obstante, muchas cosas en la vida podrían provocarte tal emoción.
El amor es único, no se intenta, no se busca ni se demanda; se siente, encuentra y recibe sin prejuicios ni pretextos. Así que cuando encuentres a tu «otra mitad» no dejarás de sentirte arropado, conmovido y hasta agobiado por un montón de sentimientos, pero cuando te topes con el amor de tu vida desearás una sola cosa: pasar el resto de tus días a su lado.