El número de personas fallecidas por la explosión de un ducto de gasolina en el estado mexicano de Hidalgo mientras era saqueado por pobladores se elevó a 125, según un recuento divulgado este domingo autoridades de salud federales.
El último deceso se registró la noche del sábado en un hospital público de la capital, informó en un comunicado el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De los fallecimientos, 68 se produjeron al momento de la explosión y 57 en hospitales. Aún continúan internadas 22 personas, varias de ellas reportadas graves por presentar quemaduras en más de 80% de su cuerpo.
La tarde del 18 de enero, un ducto cercano a la comunidad de Tlahuelilpan, en el central estado de Hidalgo, fue perforado por traficantes de combustible.
Esto atrajo a unos 700 pobladores, incluidas familias enteras, que llenaban baldes y bidones de combustible cuando ocurrió la explosión.
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La tragedia sucedió en momentos en que el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible, delito que deja pérdidas anuales de unos 3.000 millones de dólares a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
El “huachicol” -como se le llama al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado.
