El pulque, la bebida prehispánica que era considerada un elixir de los dioses, tendrá un museo en el centro de la capital mexicana para honrar el valor cultural de este fermentado y la inclusión social que han tenido las pulquerías a lo largo de la historia de México.
«Se trata de dignificar esta parte del pulque y de las pulquerías tras décadas de desprestigio», contó este martes a Efe César Ponce, presidente de la Asociación Nacional de Pulquerías Tradicionales.
El museo, que abrirá sus puertas el 8 de febrero, repasará «toda la historia del pulque, desde la época prehispánica hasta la actualidad, y de las pulquerías, desde la época colonial hasta hoy», añadió Ponce.
El consumo de esta bebida azteca, elaborada a partir de la fermentación del mucílago de la planta del maguey de la misma manera que se hacía en época prehispánica, está resurgiendo en México tras años de estar estigmatizada como un brebaje para alcohólicos de clase baja.
«Llegó a ser la bebida más consumida en el mundo por cápita», aseguró Ponce, quien relató que cuando la industria cervecera entró al mercado mexicano comenzó a «lanzar mitos que fueron arraigando» contra el pulque.
En las últimas décadas ha habido generaciones que no han consumido esta bebida ancestral pero «ahora es ‘nice’ tomar pulque; es lo de hoy», explicó el impulsor del museo.
En época prehispánica, en cambio, el consumo de pulque estaba reservado a sacerdotes, mujeres lactantes y héroes que iban a la guerra, porque era considerada «la bebida de los dioses», y cualquier otro tipo de persona que lo probara podía ser castigado con la muerte.
De igual manera que el pulque tiene unas características muy especiales, como su color blanco y textura espesa, los espacios dedicados a su consumo también gozan de una aura particular.
«Son una fiesta», contó Ponce, quien sostuvo que «puede llegar un artista, un indigente, una autoridad, un profesionista, o quien sea, que al momento en que entran en una pulquería somos una familia».
«En época de los cincuenta y sesenta, existían cabarés que no dejaban entrar a personas sin traje, mientras que la pulquería sí dejaba entrar a todas las personas y se volvió muy incluyente», sentenció el pulquero. EFE