Al menos dos personas murieron y tres resultaron heridas en una explosión esta madrugada en una mezquita en el sur de Filipinas, tres días después de que un atentado atribuido al grupo yihadista Abu Sayyaf matara a una veintena de personas en esa zona.
Dos hombres aún sin identificar lanzaron una granada poco después de la medianoche a la mezquita Sitio Logoy Diutay de la ciudad de Zamboanga, ubicada en la convulsa región de mayoría musulmana del sur de Filipinas, informan medios locales.
Las víctimas, líderes religiosos de otra provincias cercanas que estaban de visita, se encontraban durmiendo cuando ocurrió la explosión, explicó el jefe de la policía regional de Zamboanga, Emmanuel Licup.
La policía investiga el posible motivo del ataque, que podría tratarse de una venganza personal entre clanes musulmanes, aunque no descartan que esté relacionado con el atentado del domingo en Sulu, en el que murió una veintena de personas y más de un centenar resultaron heridas.
Dos bombas estallaron con un minuto y medio de diferencia dentro y fuera de la catedral de Joló, capital de la provincia de Sulu, uno de los más mortíferos de los últimos años en esa convulsa región y que fue reivindicado por el Estado Islámico (EI).
Las autoridades filipinas dijeron ayer estar «totalmente seguras» de que fue la milicia Ajang-Ajang, facción en Sulu de Abu Sayyaf, afín al EI, aunque todavía verifican si los autores materiales del ataque en la catedral fueron atacantes suicidas o las bombas fueron detonada de forma remota.
La Policía filipina abatió ayer en un tiroteo a Adman Asilon, miembro de Abu Sayyaf en Zamboanga, e investigan su posible vinculación con los responsables del atentado en Sulu.
Los atentados ocurren pocos días después del referendo para la creación de Bangsamoro, una región autónoma musulmana en el sur del país, y concebida como solución pacífica a décadas de conflicto separatista con el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI).
A pesar de alcanzar en 2014 un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde musulmán del país, en el sur de Filipinas persisten milicias yihadistas radicales, leales al EI, capaces de cometer sangrientos atentados y que son la mayor amenaza a la seguridad en la zona. EFE