La investigación apunta a que Julen murió en la caída al fondo del pozo

Trece días de labores de rescate terminaron en la madrugada del sábado cuando dos mineros y un guardia civil de montaña recuperaron el cadáver de Julen del pozo de Totalán (Málaga). 

Tras la autopsia realizada al cuerpo del niño de dos años, las primeras hipótesis apuntan que Julen, que presentaba numerosos traumatismos, falleció en la caída al fondo del pozo, el mismo día en el que cayó al pozo ilegal. 

Ahora se activan las investigaciones para esclarecer lo ocurrido y depurar posibles responsabilidades.

“Ha sido una carrera de obstáculos, los que la montaña nos ponía”. Así describió el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, las arduas labores de rescate desarrolladas durante 13 días y que acabaron con el trágico hallazgo del cuerpo sin vida de Julen, el pequeño de dos años y medio que cayó a un pozo ilegal en Totalán (Málaga) el pasado día 13.

En su comparecencia, Gómez de Celis señaló que el cadáver fue encontrado a una profundidad de 71 metros, ya que la perforación original de 110 metros de profundidad había sido rellenada.

La autopsia al menor comenzó este sábado en el Instituto de Medicina Legal y fue practicada por cinco forenses. Fuentes próximas a la investigación señalan que el cuerpo de Julen presenta múltiples contusiones visibles fruto, según las primeras hipótesis, de los impactos con las paredes del túnel en su caída, informa Óscar López-Fonseca.

El pequeño cayó de pie y, como consecuencia de un acto reflejo, con los brazos hacia arriba. Tras el examen, los restos mortales del niño fueron trasladados sobre las cuatro de la tarde hasta la funeraría de El Palo, barriada de la ciudad de Málaga, España, en la que vive la familia de Julen.

CONSTERNACIÓN EN EL BARRIO DONDE VIVÍA EL NIÑO

A las 2.30 de la madrugada de este sábado, los vecinos de la barriada malagueña de El Palo contuvieron el aliento. Se hacía público el hallazgo del cuerpo sin vida del pequeño Julen. “Estaba escuchándolo por la radio en la cama, se me encogió el pecho, ¡qué desgracia!”, relata emocionada Paqui López a la puertas de la funeraria , a la que acudieron muchos de los residentes del barrio donde vive la familia del niño.

“Me enteré porque escuché llorar a la abuela por parte del padre, que vive a mi lado”, cuenta, desde su ventana y con tristeza, Rosi, una vecina de la calle Danvila y Collado en cuya plazoleta hay un corazón de velas desde el pasado jueves. Los cirios se mezclan con estampas religiosas, dibujos y pancartas en las que se lee mensajes como “Julen, guerrero, el mundo está contigo”. “Es un palo muy fuerte”, agrega.