Ahora que han hecho realidad el ideal del móvil «todo pantalla», los fabricantes de smartphones buscan la fórmula para dar un nuevo salto tecnológico que impulse unas ventas en retroceso.
los móviles plegables van a llevar la voz cantante. Y todo apunta a que las marcas chinas van a impulsar su desarrollo.
Ante un mercado saturado y lleno de aparatos que apenas se distinguen entre sí, las ventas cayeron un 6% en el tercer trimestre de 2018 y en China, el principal mercado mundial, cerraron el conjunto del año con un batacazo del 16%.
Así que, en 2019, parece que los móviles plegables van a llevar la voz cantante. Y todo apunta a que las marcas chinas van a impulsar su desarrollo.
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No en vano, ha sido una desconocida empresa de Shenzhen, Royole, la que ha lanzado el primero. Pero su Flexipai es un producto tosco al que le falta la madurez que puede llegar de nombres más asentados.
Xiaomi ya ha mostrado el prototipo de un aparato que tiene más posibilidades de triunfar en el mercado, y ayer Huawei avanzó que presentará el suyo durante el Mobile World Congress de Barcelona.
“Esperamos que las redes 5G sean una realidad en la segunda mitad de este año, y que todos los móviles que se presenten en el cuarto trimestre pertenezcan a esta categoría”, afirmó el consejero delegado de la división de Productos de Consumo de Huawei, Richard Yu, durante la presentación en Pekín del chip 5G Balong 5000, el más potente y veloz del mercado.
“Este mismo año tendremos teléfonos móviles 5G por menos de mil euros, pero el plegable será más caro”, avanzó Yu, que mostró su confianza en el futuro liderazgo global de Huawei. “Si no es a finales de este año, el siguiente seremos número uno”, sentenció.
En Xiaomi todavía no han dado muchos datos sobre su futuro móvil plegable, pero su presidente, Lin Bin, lo mostró en un breve vídeo subido a las redes sociales chinas.
A diferencia del Flexipai, que se dobla por la mitad y tiene un marco grueso en uno de los extremos, el de la empresa pequinesa se dobla por ambos extremos y logra así convertir una pequeña tableta en un móvil que se antoja de dimensiones modestas.
Apuesta por la estanquidad
En cualquier caso, de momento, la única marca que ha dejado ver en profundidad su propuesta de futuro es Meizu.
Este fabricante da la espalda a las pantallas plegables y apuesta por un móvil sin ningún agujero.
Eso quiere decir que no tiene un puerto USB para cargarlo o para transferir archivos con un cable, ni bandeja para insertar la tarjeta SIM, ni botones para operarlo, ni altavoz para el sonido. Es el primer teléfono del mundo que está fabricado con un cuerpo cerámico de una sola pieza.
Li Nan, vicepresidente de Meizu, se ha mostrado orgulloso de esta creación, para la que todavía no hay fecha de lanzamiento comercial, y ha afirmado que cuenta con multitud de innovaciones que hacen posible esta gesta.
Lógicamente, se trata de un teléfono sumergible hasta los dos metros de profundidad durante media hora -IP68-, que transmite los datos a través de una red Wifi de alta velocidad o de Bluetooth, y que se carga de forma inalámbrica con el sistema Super mCharge que ha patentado la marca china.
Gracias a que alcanza los 18W, mucho más que los 7,5W de Apple o los 9W de Samsung, el Super mCharge puede competir con las velocidades típicas de los sistemas de carga rápida por cable. “Estamos dispuestos a vendérselo a otras empresas que no tengan tecnología tan avanzada”, ha ironizado Li.
El sonido se emite a través de un sistema que utiliza la propia pantalla para generarlo -algo similar a lo que hacía el Xiaomi Mix con su cuerpo cerámico-.
“Así que da igual cómo agarremos el móvil para hacer una llamada, porque podemos escuchar a nuestro interlocutor aunque tengamos el aparato boca abajo”, ha explicado Li. La falta de botones se suple con una pantalla curvada que responde a la presión que se ejerce sobre ella y que, en el lateral, cuenta con botones hápticos que vibran para simular el efecto de los elementos físicos y que sirven para encender el Zero y ajustar el volumen.
La tarjeta SIM está reemplazada por una eSIM que se programa por ‘software’.
“Este móvil es un aparato que hemos diseñado teniendo en cuenta tres cosas: los requisitos de los clientes, las tendencias en diseño, y las posibilidades que brinda la tecnología”, ha explicado Li, que también ha criticado a los grandes líderes del sector en relación al último apartado.
“La tecnología para lograr una carga rápida inalámbrica ya existe, pero la arrogancia de las grandes marcas, que quieren exprimir a los usuarios sin tener en cuenta sus preferencias, hace que todavía no se haya extendido”.
Es, dice, reflejo de un modelo que busca generar ventas introduciendo pequeñas innovaciones que se quedan cortas si se comparan con lo que se podría hacer.
Sin duda, los próximos meses serán claves para descubrir si Li tiene razón o si, por el contrario, se imponen los móviles plegables que proponen los gigantes chinos dirigidos por Richard Yu y Lin Bin.
De momento, y aunque se mejore considerablemente el loable intento de Royole, parece que la tecnología de las pantallas flexibles, cuya ventaja reside exclusivamente en la posibilidad de tener una tableta y un móvil en el mismo aparato, todavía está lejos de alcanzar un nivel de satisfacción suficiente.
Pero, seguramente, las dudas se disiparán en Barcelona.