Ola de violencia en noreste de Brasil sigue tras veinte días y 404 detenidos

Nuevos actos vandálicos se han registrado en el estado de Ceará, el último esta madrugada, en medio de ola de violencia que desde hace 20 días azota el noreste de Brasil y que se ha saldado ya con 404 detenciones, según el balance presentado hoy por las autoridades.

Desde principios de este año, una serie de acciones criminales contra edificios públicos, vehículos y establecimientos comerciales se han repetido en el estado de Ceará, al noreste del país, orquestadas al parecer por clanes criminales que actúan desde el interior de los presidios en protesta contra el refuerzo de control en las cárceles.

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Según informó la Secretaría de Seguridad Publica y Defensa Social del estado de Ceará, hasta hoy y durante los últimos 20 días, 404 sospechosos han sido arrestados por las fuerzas de seguridad del estado, cuatro de ellos durante este fin de semana.

Durante la noche del pasado sábado, según han publicado los medios locales, seis personas lanzaron un cóctel molotov contra una estación de la distribuidora energética Enel ubicada en Sao Benedito, un municipio al noroeste de Ceará.

La empresa ya fue objetivo de ataques el pasado fin de semana al recibir en una de sus torres de energía una ofensiva con explosivos en la zona metropolitana de Fortaleza, capital del estado de Ceará, lo que ha llevado a la empresa a tomar medidas de seguridad y recortar las operaciones y el número de equipos en las calles.

En la misma noche, delincuentes prendieron fuego en dos escuelas públicas y un autobús escolar en Itarema, un municipio del litoral del estado.

Además, según los mismos medios, un camión de basura fue incendiado en el municipio de Jaguaruana, cerca del litoral, y otro autobús en la capital del estado, Fortaleza, en la costa.

Tras la ola de violencia que azota a la región, la Asamblea Legislativa aprobó un paquete de medidas contra la violencia, entre las que se encuentra el pago de recompensas a quienes denuncian a los autores de los ataques.

Los actos criminales que acontecen en el noreste del país también llevó al presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, a enviar a la región unos 300 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, contingente que, días después, fue reforzado con 200 agentes más ante la repetición de los ataques.

Bolsonaro, quien ha prometido “mano dura” contra la violencia, ha defendido que ese tipo de actos vandálicos sean tipificados como “terroristas”. EFE