Descifran el gran misterio de las estatuas de la Isla de Pascua

Después de muchas conjeturas a lo largo de varios siglos, investigadores de la Universidad de Binghamton en Nueva York aseguran haber descubierto el misterio de las gigantes estatuas de la Isla de Pascua.

No pocos estudios han intentado encontrar las verdaderas razones de la ubicación de esas enigmáticas figuras de piedras, pero ahora esta investigación apunta hacia una respuesta bastante simple: marcar el lugar de los pozos naturales de agua dulce de la isla, según The Guardian.

Para llegar a esa conclusión, los investigadores examinaron el lugar de casi un centenar de monolitos al este de la isla, además de hacer un escrutinio de sus recursos naturales.

En toda la isla de Pascua, que pertenece hoy a Chile y se ubica en la Polinesia, en medio del océano Pacífico, hay más de 300 plataformas megalíticas. Se cree que cada una pudo haber sido hecha por una comunidad distinta. La primera data del siglo XIII. La mayoría bordea la costa.

Por mucho tiempo estos monumentos se vincularon con la representación de antepasados y a actividades rituales de los lugareños. Se creía que eran un punto focal para las comunidades que allí habitaron.

Pero ninguna de esas explicaciones han sido definitivas. El misterio sobre su existencia siempre las ha rondado, aunque algunos estudios anteriores ya habían sugerido que el lugar escogido para las estatuas podría estar vinculado a los recursos naturales claves de la isla.

De acuerdo con el equipo de investigadores, este estudio sería el primero en analizar esas afirmaciones previas.

El tamaño de las estatuas, conocidas también como moai, y algunos aspectos de la construcción de sus plataformas, están relacionados con la calidad de los suministros de agua y su abundancia.

Para el profesor Carl Lipo de la referida universidad y coautor de la investigación, lo importante es que han demostrado que la ubicación de las estatuas nada tiene que ver con la idea de que eran lugares para hacer extraños rituales.

Las conclusiones de esta investigación de la Universidad de Binghamton, publicada en la revista científica Plos One, revelan que la proximidad a los sitios de agua dulce es la mejor explicación para las ubicaciones de las megaestatuas, además de explicar por qué surgen tanto en el interior como en la costa.

“Cada vez que veíamos grandes cantidades de agua dulce, veíamos estatuas gigantes. Fue ridículamente predecible”, agregó.

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Otro punto es que el agua potable es esencial para las comunidades. No tiene sentido ni es práctico tener que caminar millas para un trago rápido. “Harías cosas cerca del agua dulce”, explicó Lipo.

Este estudio también agrega peso a la idea de que las comunidades compitieron e interactuaron mediante la construcción de esos gigantes monumentos.