Médicos critican demandas contra mallas pélvicas

Médicos especialistas en pelvis femenina dicen que las demandas de Washington, California y otros estados contra productos utilizados para trastornos del piso pélvico e incontinencia podrían alejar a las enfermas de los mejores tratamientos, e inclusive expulsar esos productos del mercado.

Sesenta y tres cirujanos afirmaron en una carta al secretario de Justicia de Washington, Bob Ferguson, que su demanda de protección del consumidor contra Johnson & Johnson y su subsidiaria Ethicon Inc. erra el blanco. Según la demanda, las empresas no revelaron los riesgos asociados con los productos, pero en su carta los médicos dicen que jamás se sintieron engañados que la demanda se basa en un error conceptual acerca de cómo evalúan los peligros asociados con tratamientos médicos.

“Hemos sido miembros de sociedades médicas regionales y nacionales especializadas en salud de la mujer”, escribió el doctor Jeffrey Clemons, cirujano especialista en reconstrucción pélvica en Tacoma. “Nos parece asombroso que el secretario de Justicia inicie esta demanda sin recurrir a la gran experiencia y pericia de este grupo”.

Médicos en California están preparando una carta similar al secretario de Justicia, Xavier Becerra. El presidente del Colegio Uroginecológico Estadounidense, que representa a 1.900 profesionales, ha expresado inquietudes similares en un comunicado.

Los abogados defensores del caso han contratado a Clemons y otros dos firmantes de la carta como consultores, pero Clemons dijo que no ha recibido pagos ni ayuda de Johnson & Johnson.

El artefacto en cuestión es la “malla transvaginal”, implantada para corregir una serie de trastornos del diafragma pélvico.

La malla empezó a venderse en Estados Unidos a fines de los 90 para tratar la incontinencia urinaria por estrés, provocada por toses, estornudos o actividades físicas como correr y que es común en mujeres después de dar a luz. En el tratamiento se utiliza una malla delgada llamada “honda media uretral” para sostener la uretra, el tubo que vacía la vejiga de orina.

Los productos resultaron tan eficaces _los médicos lo consideran uno de los avances recientes más importantes en materia de salud femenina_ que las empresas empezaron a crear mallas similares para tratar el prolapso genital total.

En estos casos, los órganos pélvicos tales como el útero y la vejiga caen de sus posiciones normales debido al debilitamiento de los músculos. Se puede usar la malla para sostener el diafragma pélvico.

Pero el uso de esos productos para tratar el prolapso genital total empezó a causar problemas tales como incontinencia permanente, malestar grave e incapacidad de mantener relaciones sexuales.