Rebelo de Sousa, un presidente de Portugal adicto a participar en televisión

Famoso por su simpatía y desparpajo, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha sorprendido esta semana al país con una nueva afición, intervenir en los magacines de televisión, un pasatiempo que ha abierto un debate nacional sobre los límites de su papel institucional.

El conocido como “presidente de los afectos” o simplemente “Marcelo”, incombustible y con una agenda repleta de encuentros con los ciudadanos, sumó hoy su tercera intervención en televisión en tres semanas, esta vez en la cadena pública RTP.

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Lo hizo a través de un mensaje de un minuto grabado para un programa de entretenimiento en el que envía palabras de ánimo al cantante brasileño Roberto Leal, quien lucha contra un cáncer.

Con esta participación, Rebelo de Sousa completa un recorrido por todas las cadenas generalistas de Portugal que inició en la víspera de Navidad siendo entrevistado en un magacín de la cadena privada TVI.

Su visita no despertó mayor polémica, pero el presidente ha generado un polvorín esta semana con una intervención telefónica -y en directo- en un matinal de variedades que estrenaba una conocida presentadora en la cadena rival, SIC.

“¿Hola? Habla Marcelo Rebelo de Sousa. Interrumpí una reunión que tenía y aproveché para ver su primer programa”, saludó el presidente a la atónita conductora.

“Como a lo largo de la vida estuve varias veces con usted cuando arrancó nuevas fases, quería desearle mucha suerte y enviarle un besito”, concluyó mientras la presentadora se emocionaba.

Es un situación cómoda para Rebelo de Sousa, quien fue comentarista de diversos programas durante quince años, antes de aspirar a la Presidencia, y conserva amistad con muchos de los presentadores, amén de un profundo conocimiento del lenguaje televisivo.

Sin embargo, para comentaristas y analistas lusos supone un punto y aparte, una salida de tono para un jefe de Estado.

“Es el mayor populista que existe en Portugal”, afirmó Manuela Moura Guedes, una de las analistas más respetadas del país, en un programa de televisión.

A su juicio, “no es normal interrumpir una reunión para llamar a un programa de entretenimiento”, una acción que considera “un acto más de populismo” del presidente.

“Lo vemos en televisión todos los días dando besos a la gente, haciéndose selfis”, continuó Moura Guedes.

La disposición de Rebelo de Sousa a fotografiarse con todo aquel que se lo pida se ha hecho tan popular que un grupo de emprendedores ha creado, con enorme éxito, una aplicación de móvil, “Marcelfie”, para hacerse autofotos e incluir en ellas al presidente con efectos digitales.

Es una muestra de la benevolencia popular con el desenfadado mandatario, que sin embargo parece haberse agotado ante su reiterada participación en programas de variedades.

“Hay un lado de superestrella -que sus participaciones televisivas habrán aumentado exponencialmente- que confieso me confunde”, apuntó esta semana Anselmo Crespo, subdirector de información de la emisora TSF.

Crespo destacó en una dura columna que “al presidente de la República le cabe también un papel institucional, que se pierde cada vez que se banaliza”, y que “mucha gente no comprende” por qué “se presta a este papel”.

“El país y el presidente tienen asuntos mucho más importantes con los que preocuparse que perder tiempo con explicaciones sobre llamadas a programas de entretenimiento”, continúa en el texto, en el que subraya que Rebelo de Sousa puede hacer “tantas llamadas como quiera”, pero debe asumir que en público habla siempre como jefe de Estado.

“Por mucha popularidad que eso le granjee, no había necesidad”, zanjó el periodista.

No es la primera vez que son comentadas las intervenciones en televisión de Marcelo Rebelo de Sousa, que también llamó en directo a los informativos de la cadena SIC una madrugada de octubre de 2017, cuando empezaba a conocerse la magnitud de los incendios que se cobraron 45 vidas.

“Espero que se analice todo”, aseveró entonces ante unos sorprendidos presentadores poco antes de la 1 de la madrugada, “que se analice lo que puede explicar esta realidad para la que no tenemos una respuesta inmediata”, añadió. EFE