Bullying crónico puede causar una contracción cerebral en adolescentes

Un nuevo estudio europeo ha revelado una correlación alarmante entre la intimidación persistente y el posible mal desarrollo de cerebros adolescentes, además de causar traumas psicológicos.

“Encontramos que la relación entre la victimización crónica entre pares, un término general que incluye la intimidación, se relaciona con el desarrollo de la ansiedad, en parte a través de los cambios en el volumen de las estructuras cerebrales”, dijo Erin Burke Quinlan, autora del estudio y coordinadora de un estudio. Proyecto a largo plazo denominado IMAGEN.

Referencial

Este proyecto, dirigido por el Centro de Neurociencia de la Población y Medicina de Precisión en el King’s College de Londres, tiene como objetivo explorar un posible vínculo entre el desarrollo del cerebro adolescente y la salud mental, con los resultados publicados en la edición actual de Molecular Psychiatry, una revista científica revisada por pares publicada. Por Nature Publishing Group.

El estudio recopiló escáneres cerebrales y cuestionarios de salud mental de 682 adolescentes de 14 a 19 años de Inglaterra, Irlanda, Francia y Alemania.

Después de comparar los 36 (alrededor del 5 por ciento) de los participantes acosados crónicamente con los menos acosados, los investigadores notaron una gran diferencia en el tamaño de sus cerebros.

Se ha observado un encogimiento aparente en dos partes del cerebro llamadas putamen y caudado, que están particularmente involucradas en la regulación de la motivación, la atención y el procesamiento emocional.

Dicha alteración recuerda extrañamente a los adultos que han experimentado estrés en la vida temprana, por ejemplo, maltrato infantil, sobre todo en lo más alto cuando un niño cumple 19 años.

Sin embargo, los investigadores no están seguros de si la contracción del cerebro es permanente o si puede ser reversible.

De acuerdo con el estudio, tal reducción parece crear una creciente sensación de ansiedad, incluso después de tener en cuenta la posible aparición de otros problemas de salud mental, como el estrés y la depresión.

“No sabemos cuán temprano en la vida comienzan estos cambios cerebrales”, dijo Quinlan.”Pero el bullying anterior se identifica, y cuanto antes se pueda tratar, mejor”.

La investigación debe subrayar la importancia de los esfuerzos para reducir la intimidación a nivel individual y escolar, dijo. “Un profesional de salud mental podría ser útil para ayudar a un niño a salir adelante (tal trauma)”.