El sitio fue adaptado por la Alcaldía de Bogotá con el fin de brindarles apoyo a 585 venezolanos que estaban viviendo en los alrededores de la terminal de transportes de Salitre. En el albergue aún quedan 143 personas, que deben salir, pues el compromiso que hicieron con la Alcaldía fue que su estancia sería temporal.

Entre estos se encuentran 31 menores de edad y dos madres gestantes.

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“La Secretaría de Integración Social firmó un acta de compromiso con los migrantes, que indicaba un plazo máximo hasta el 15 de enero para que se desmontara el campamento”, aseguró Liliana Pulido, secretaria de Integración Social (encargada).

Sin embargo, ese despacho se ha encargado de brindar diferentes talleres de socialización para que los núcleos familiares se devuelvan a su país natal o tomen un rumbo diferente, pero no se pueden quedar más tiempo en el campamento.

“Tenemos un énfasis muy fuerte en la oferta institucional, para que esta población retorne a su país de origen, Venezuela, se muevan por las principales vías intermedias del país en coordinación con la Cancillería y Migración Colombia o para que se muevan hacia otros países en donde tienen otros contactos”, aseguró Daniel Mora, subdirector de Integración Social.

Durante los tres meses de estadía, los venezolanos contaron con la presencia de diferentes entidades públicas que les ofrecieron talleres pedagógicos y actividades lúdicas.

Aparte de estos talleres, durante dos meses también les han brindado a los extranjeros diferentes jornadas de vacunación, ferias de empleabilidad, orientación de trámites migratorios y actividades pedagógicas para que los menores de edad no se queden únicamente en las carpas.

“Les dimos un apoyo jurídico a fin de que sepan cuál es el procedimiento y ruta de atención para que se puedan movilizar por Colombia. Además, con el Ejército Nacional y la Secretaría de Desarrollo Económico los capacitamos y les dimos certificación para procesos de inclusión laboral. En el momento hemos vinculado a 50 personas con empresas para que trabajen”, puntualizó el funcionario.

Sobre el acompañamiento para salir de Colombia hacia otros destinos, agregó: “Tenemos un ejemplo de un bus que se fue para Ipiales (Nariño) y allí el grupo de personas se trasladó para Ecuador. Pudimos tener el apoyo de retorno y movilización”.

El acuerdo

El 13 de noviembre pasado, la Secretaría de Integración Social y la Alcaldía Mayor de Bogotá inauguraron, en la carrera 69 n.° 47-87 (barrio Luis María Fernández), el campamento en cuestión, con el fin de prestarles atención hospitalaria y ayuda humanitaria a los ciudadanos del país vecino.

En su momento, la comunidad del sector se mostró inconforme con la instalación, ante lo cual el Distrito se comprometió a levantarlo de allí a principios de 2019.

El albergue tiene una capacidad para que duerman ocho personas en cada carpa, cuenta con baños y duchas portátiles. Además, tienen un apoyo alimenticio de tres comidas al día; bogotanos, empresas privadas y públicas han donado alimentos para ser distribuidos allí. Según Daniel Mora, en estos días que restan se empiezan a desmontar las 44 carpas que quedan.

Además de este espacio, el 5 de diciembre pasado fue creado el primer Centro Integral de Atención al Migrante, en la calle 35 n.° 21-19 (Teusaquillo). Este ofrece orientación jurídica, psicológica, trabajo social y está abierto para extranjeros en condición de vulnerabilidad o en emergencia social que lleguen a Bogotá.

También cuenta con un servicio para que puedan matricular a los jóvenes en colegios distritales. “Es una magnífica iniciativa. En este centro vamos a orientar, informar y referenciar a todos los migrantes que lleguen a estas instalaciones, lo que nos permite darles herramientas para que inicien el proceso de regularización de su estatus migratorio o para que accedan a nuestra red de servicios a través de la Secretaría Social”, expresó en su momento Angélica Trujillo, gerente para la atención de los migrantes.