El cardenal George Pell, todavía prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, fue declarado culpable de abusar sexualmente de dos monaguillos en los años ’90, según anuncian los medios australianos, que hablan de un veredicto unánime del tribunal de Melbourne.
Se trata de la condena al mayor alto cargo de la Iglesia por un delito de pederastia. La Santa Sede aún no se ha pronunciado, pero en la práctica Pell ya no ejercía como superministro de Economía vaticano, y ya no participará de las reuniones del C9, el grupo de cardenales que colabora con el Papa para la reforma de la Curia, ya que en la mañana de este miércoles, Francisco decidió apartarlo del grupo. El año pasado, el purpurado había pedido una dispensa a Roma para viajar a Melbourne a defenderse de las acusaciones en su contra, que siempre había negado.
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El juicio vino precedido de una fuerte polémica, toda vez que se declaró el silencio total y la prohibición de publicar cualquier información relativa al caso. Sin embargo, después de tres días de deliberaciones, varios medios australianos ya publican que Pell ha sido encontrado culpable de todos los cargos. Una decisión tomada por unanimidad.
Pell había sido acusado de abusar sexualmente de dos monaguillos durante un viaje en la década de los ’90, cuando era obispo en Ballarat. El prelado siempre ha negado enérgicamente las acusaciones, y su abogado, Robert Richter, señalaba en 2017 que hay pruebas «voluminosas» para demostrar que «lo que se alegó es imposible».
«Todo el tiempo he sido completamente claro en mi total rechazo de estas acusaciones», dijo Pell el año pasado. «La noticia de estos cargos fortalece mi resolución y los procedimientos judiciales ahora me ofrecen la oportunidad de limpiar mi nombre y luego regresar a Roma para trabajar».
Aún no se conoce el contenido de la sentencia ni la condena que habrá de cumplir el cardenal, quien seguramente apelará la sentencia. Durante el caso, el purpurado ha residido en una casa de la diócesis, aunque la Iglesia australiana ha señalado que Pell abonaba de su bolsillo todos los gastos de su defensa.
En la mañana de este miércoles y antes de conocerse la noticia del juicio, el Papa apartó de su círculo de consejeros más próximos a Pell y al chileno Francisco Javier Errázuriz, sospechoso de haber ocultado los actos de un cura pederasta en Chile.
Los dos altos responsables eclesiásticos formaban parte de un consejo de nueve cardenales de todos los continentes, llamado C9, que asesora al papa Francisco en la reforma de la administración de la Santa Sede.
En octubre el papa escribió a los cardenales que abandonarán la instancia para darles las gracias por «el trabajo conseguido durante cinco años», indicó este miércoles el director de la sala de prensa de Vaticano, Greg Burke.
De momento no está previsto nombrar a nuevos miembros, añadió.
El papa había apartado temporalmente a Pell durante un periodo de 18 meses para que pueda defenderse ante la justicia australiana. Hasta ahora no ha vuelta Roma.
Pell, de 77 años, sigue oficialmente a la cabeza del secretariado de Economía creado por el papa Francisco para poner orden a las finanzas de la Santa Sede. El mandato de cinco años termina en principio a finales de febrero.
Para respetar la presunción de inocencia, el Papa no quiso hasta ahora, como le pedían algunos consejeros, nombrar a un nuevo responsable de finanzas, aunque según dijo esta semana un alto responsable de la curia (el gobierno del Vaticano) los gastos de la Santa Sede están aumentado de manera «inaceptable».
El cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz también perdió su lugar en el seno del C9. En Chile está acusado por víctimas de abusos sexuales de haber cubierto los actos de un cura pederasta, un caso que escandaliza al país.
Algunos observadores apuntan que Errázuriz aconsejó mal a Francisco, incitándole a defender a un cardenal chileno, implicado en el escándalo de los abusos sexuales de la Iglesia en Chile, una defensa que complicó mucho el viaje del Papa a Chile en enero de 2018.
Tras una reunión con el Vaticano con el Francisco, el cardenal Errázuriz anunció él mismo en noviembre que se retiraba del C9.
«No es un renuncia. Me despedí al término del período para el cual fui nombrado», dijo el prelado en una entrevista a un periódico chileno. El arzobispo emérito de Santiago tiene 85 años.
Otro cardenal, el congoleño Laurent Monsengwo, también abandonará el consejo. Se trata de una figura de la Iglesia Católica africana, que tuvo un papel político importante en la República Democrática del Congo, donde acaba de ceder su puesto de arzobispo de Kinshasa a los 79 años.
Este consejo de cardenales, que empezó teniendo ocho miembros, fue creado en marzo de 2013, exactamente un mes después de la elección del papa Francisco para reformar con sus sugerencias la administración central de la Iglesia, criticada por su opacidad y sus escándalos.
La mayoría de los mandatos en las instituciones del Vaticano son de cinco años pero no hay precisiones sobre el funcionamiento del C9.