Un jardín del Edén genético en África

Uganda, conocida como la “Perla de África” por su naturaleza salvaje y fauna exhuberante, es hoy también un paraíso para la conservación genética de especies, ya que alberga el primer banco regional de genes en el este del continente.

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“Esta instalación es importante y no solo pertenece a Uganda, sino a África oriental y central”, asegura a Efe uno de los trabajadores de este centro, Rashid Kigongo.

“Vamos a aprender de científicos de otros países, lo que aumentará nuestra visibilidad y comercio”, agrega.

Este banco regional de genes se encuentra en la Estación Experimental de Ganado de Entebbe, en la Región Central de Uganda, y funciona en colaboración con los países miembros de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo en el Este de África (IGAD).

Investigadores, científicos, veterinarios, técnicos en animales y agricultores de las vecinas Kenia, Tanzania, Ruanda, Burundi, Somalia o Etiopía -entre otras, miembros de la IGAD- serán los principales beneficiarios de este nuevo banco de genes.

Se trata de una especie de “jardín del Edén” para la conservación de material genético “ex situ” -fuera de su hábitat natural- de animales de diferentes países africanos, como la oveja Maasai roja, también presente en Kenia y Tanzania, o la cabra pequeña de África del Este.

Y no solo abarca la fauna transfronteriza, como explica el científico y director ejecutivo del Centro Nacional de Recursos Animales Genéticos y Banco de Datos (NAGRC&DB), Charles Lagu.

“El banco de genes será el encargado también de preservar durante años el material genético de especies autóctonas (de Uganda), en especial, de aquellas cuya existencia está amenazada”, apunta Lagu.

En relación a su funcionamiento, los científicos de este centro recolectan semen, embriones y óvulos de razas autóctonas; y los almacenan y conservan a través de técnicas diversas.

“Las muestras se almacenan durante muchos años y se recuperan para su transferencia o uso futuro en tecnología de reproducción asistida”, matiza Lagu, quien aseguró que este centro ayudará a mejorar los programas de cría en los países mencionados.

Además de la conservación “ex situ”, Uganda dispone de una de las mejores infraestructuras de África para la preservación “in situ” (mantenimiento de material genético en el propio banco de genes) de razas autóctonas, desde donde también se recoge material genético que después se traslada al banco de genes.

Esa circunstancia se debe a un despliegue de ranchos y granjas a lo largo del país, algunos de carácter público restaurados y rehabilitados por el Gobierno, en los que se cría ganado bovino, caprino y porcino.

En estas instalaciones se pueden encontrar especies nativas como vacas Ankole de cuerno largo en los ranchos de Nshaara y Ruhengyere; cabras Mubende en Sanga y Ruhengyere, o cebús de cuerno corto de África Oriental en Kasolwe y Lusenke, entre otras granjas.

Según la profesora de la Universidad Cristiana de Uganda (UCU) y experta en agronomía Sandra Kamenya, los bancos de genes surgen en respuesta al continuo desplazamiento de especies vegetales.

Kamenya señala “la agricultura moderna, la urbanización y la industrialización” como los principales factores detrás de este proceso.

La experta está convencida de que los bancos de genes pueden funcionar como una alternativa que ayude a “mitigar las consecuencias de la degradación ambiental y evitar la extinción de algunas variedades”.

EFE