Incapaz de asestar el golpe definitivo, el joven prodigio noruego del ajedrez, Magnus Carlsen, concedió el empate el viernes frente al estadounidense Fabiano Caruana, en una partida de apertura del campeonato del mundo, en Londres.
Siete horas duró la partida, en la que se jugaron 115 movimientos, con el escandinavo de 27 años intentando conseguir su 4º título mundial consecutivo. Sin embargo, no pudo concretizar una serie de posiciones ventajosas que parecían darle la victoria en principio.
Al término de la partida, los dos jugadores expresaron su decepción: Carlsen por su falta de realismo y Caruana por no haber mostrado más agresividad, pese a que hubiera abierto con las blancas y, por ende, con ventaja.
“Todavía tengo cosas en las que trabajar”, admitió el noruego en una rueda de prensa.
“No fui muy bueno hoy”, reconoció su adversario, de 26 años, visiblemente aliviado de haber escapado a las zarpas de Carlsen.
El saque de honor corrió a cargo del actor Woody Harrelson (“Larry Flint”, “Los juegos del hambre”) a cuenta de Caruana a las 15H00 GMT.
Separado de los jugadores por un doble cristal transparente de aislamiento acústico, para no perturbar su concentración, el público acompañó cada movimiento con apasionados comentarios, especulando sobre las próximas jugadas y la forma de los dos jóvenes expertos.
Estos últimos se mantuvieron impasibles a lo largo de toda la partida y evitaron cuidadosamente mirarse el uno al otro.
– “Thor” del ajedrez –
- A ambos jugadores les quedan todavía once partidas hasta el 26 de noviembre. En esta competición, que se celebra cada dos años, vencerá el primero de los dos que llegue a 6,5 puntos (una victoria otorga un punto y las tablas medio). Pero si ambos están empatados tras 12 partidas, se jugarán en un solo día cuatro adicionales en modalidad semirrápida.
- El anterior campeonato del mundo se celebró en 2016 en Nueva York y en él Carlsen se impuso al ruso Serguéi Kariakin.
- Es difícil encontrar fisuras en el juego del joven noruego, de 27 años, a veces apodado el “Thor” del ajedrez por su origen nórdico y su complexión atlética.
