El cambio climático también amenaza la existencia de cerveza en el mundo

El reporte más reciente (octubre de 2018) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) para Naciones Unidas es el más apocalíptico y aterrador, y asegura que se deben tomar medidas drásticas para evitar un empeoramiento de la situación.

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Realizado por 91 autores de 40 países diferentes, el informe asegura que, si no se toman medidas y el calentamiento sigue el curso que ha tenido hasta ahora, a partir de 2030 (en 12 años nada más) la temperatura global alcanzará 1.5 ºC por encima de los niveles preindustriales.

Esto, dice el reporte, afectará directamente la salud, el sustento de vida, la seguridad alimentaria, el suministro de agua y el crecimiento económico en diversas partes del mundo, especialmente, como es esperable, en las comunidades y poblaciones más vulnerables.

Pese a que la gravedad del asunto ahora se establece como (más) urgente, la advertencia de los expertos no tiene nada de nuevo, pero esto, y la certeza de la comunidad científica de que se debe hacer algo para revertir la situación si queremos seguir teniendo una Tierra habitable para futuras generaciones, no parece conmover a políticos y a responsables de tomar medidas.

Menos cerveza y más cara

«Reducción del suministro global de cerveza debido a temperaturas extremas y sequías» se titula el reporte publicado por Nature, que promete captar la atención incluso de los millennials que han fundado su propia cervecería artesanal menos con la intención de tener un negocio propio que la de tener una excusa para beber con sus amigos.

La cerveza es la bebida alcohólica más popular en todo el mundo por volumen consumido, pero el calentamiento global amenaza con agravar las condiciones para la cosecha de su principal ingrediente, la cebada.

El estudio nota que en todos los estudios sobre posibles escenarios climáticos futuros se habla de la frecuencia y la severidad con la que aumentarán sustancialmente las temperaturas y las sequías, pero hasta ahora no se había considerado la vulnerabilidad del suministro de cerveza en dichas condiciones, quizá porque todos estaban evaluando otras áreas un poco más relevantes como el suministro de agua y la seguridad alimentaria.

El estudio prevé una reducción de entre 3% y 17% en las cosechas de cebada, lo que hará que se utilice cada vez menos cebada para hacer cerveza y, por consiguiente, una reducción «dramática» del consumo global de la bebida.

Cita como ejemplo una proyección de un consumo de 32% menos en Argentina en un período de algunas décadas, y un aumento de hasta casi 200% en el precio de la cerveza en un país de gran producción y consumo como Irlanda.

En efecto, los países de mayor producción cervecera, incluyendo Irlanda, Bélgica y República Checa, serán los principales afectados.

En China, actualmente el país de mayor consumo de cerveza, la proyección es que este se reduzca en un 9%.

A nivel global, auguran un descenso del 16% en el consumo de cerveza.

No hay que subestimar la importancia de la cerveza

Comparado con otras consecuencias ya discutidas del cambio climático, incluyendo las inundaciones u otros fenómenos climáticos extremos que ponen en riesgo la vida de millones de personas, una reducción en la producción y un aumento del precio de la cerveza parece un problema menor.

Sin embargo, los investigadores aseguran que no se puede desestimar el efecto que tendría esto en la calidad de vida de muchísimas personas en todo el mundo.

«Hay algo fundamental en la apreciación de la cerveza en todas las culturas» dice el reporte. «Por lo que es quizá muchos milenios ya, y para muchísimas personas en la actualidad, la cerveza es un componente esencial de las reuniones sociales y la celebración humana».

«Espero que Donald Trump ame la cerveza» dijo uno de los científicos que revisó el estudio, «tal vez así haga que los Estados Unidos vuelvan al Acuerdo de París».

VIX