Venezolanos guardan sus títulos universitarios para aprender un oficio

La situación económica actual por la cual se encuentra atravesando el país, ha traído como consecuencias que muchos venezolanos busquen nuevas alternativas, oficios o profesiones que los ayuden a buscar nuevos horizontes lejos de la tierra que los vio nacer.

En la actualidad muchos venezolanos están abiertos a aprender nuevos oficios que los ayuden a generar ingresos económicos, ya sea para poder emigrar o simplemente para subsistir una vez alcancen esos nuevos destinos.

Kevin Barberi, un joven que dejó atrás sus dos profesiones universitarias para vivir sus sueños

Para la mayoría de ellos, la decisión de abandonar su casa y empezar de cero en un lugar totalmente desconocido es una acción de valentía e ímpetu, dejar atrás su familia, estilo de vida, amigos, profesiones, tradiciones y costumbre, es la mayor prueba a la cual se deben enfrentar en su vida.

Es por esta razón, que antes de tomar una decisión tan importante y transcendental, los venezolanos han decidido guardar sus títulos universitarios, esos que les costaron tanto esfuerzo, años de estudios y dinero, para dedicarse a realizar diversos cursos, que aunque están alejados de sus profesiones, los ayudan a sobrevivir y hacer que el nuevo cambio sea más llevadero.

NUEVA FORMA DE GENERAR INGRESOS

Los oficios son aquellas ocupaciones de una persona, la mayoría de las veces se trata de labores manuales o artesanales, para ellos no es necesario tener un título universitario o muchos años de estudios, se trata más que todo de experiencia de vida y trabajos que se realizan con el corazón.

En la mayoría de los casos, los oficios suelen ser trabajos que se realizan de forma manual donde el trabajador debe conocer en profundidad aquella actividad laboral y poseer una gran habilidad para llevarla a cabo.

Actualmente existen diversos talleres o seminarios que en un corto tiempo les enseñan a los venezolanos diversos oficios como lo son carpintería, mecánica, electricista, peluquería, corte y costura, entre otros, que los ayudan a conseguir empleo en su nuevo destino.

DICTANDO CURSO DE ELECTROAUTO

Vicente García y Yolanda de García son un matrimonio que desde el año 1988 se ha dedicado a enseñar de forma gratuita el oficio del electroauto a aquellos pequeños del popular barrio José Gregorio Hernández de la ciudad de Maracay.

“Desde siempre me ha gustado enseñarle a las personas un oficio, compartir mis conocimientos con los demás me llena de orgullo, todo empezó con un pequeño que se encontraba en malos pasos y cuando me di cuenta ya estaba ayudando a muchos jóvenes a alejarse de esos caminos”, indicó Vicente.

Desde 1988 los García se encargan de dictar cursos a pequeños jóvenes de su barrio

Por su parte, Yolanda nos comentó que lo que la motivo a estudiar técnico de electroauto fue su miedo a quedarse sola con 5 niños pequeños; “tenía que aprender a defenderme por mi cuenta, así que estudie y empecé a trabajar con mi esposo, fue de esta forma que los dos nos involucramos en el proceso de enseñanza de los niños, muchos de ellos no sabían ni leer ni escribir y nosotros junto con mi hija le enseñamos, hoy en día ellos son hombre de bien para la sociedad, trabajan y tienen su familia, sin duda esa ha sido nuestra mayor ganancia”.

Edgar Cordero, Edgar Pérez, Carlos Pérez, Rafael López, Belnis Laya, Ignacio Graterol, Blash José, son unos de los “hijos” de los García que hoy en día se encuentra trabajando en el exterior. Chile, Colombia y Ecuador, son algunos de los países que han albergado a estos jóvenes que, si no hubiese sido por una familia llena de amor, tendrían un presente muy distinto.

“Nuestros cursos duran aproximadamente tres meses, nosotros estamos dispuestos a enseñarle a todas las personas que quieren aprender un nuevo oficio, llevamos 41 años de casados y haciendo junto lo que amamos, somos los padres de los más de 30 jóvenes que hemos recuperado de los malos caminos”, resaltaron los García, orgullosos de su labor.

COSIENDO EL FUTURO DE MUCHOS JÓVENES

Corsina García, es una ama de casa que desde hace más de 50 años dedica su vida a la costura, un oficio que le tocó aprender sola; “no asistí a ningún curso ni academia ya que no me gustaba su método de estudio, por esa razón yo sola aprendí a manejar la máquina y realizar mis prendas”.

Desde muy pequeña la costura tenía un gran significado para Corsina, es por ello que decidió dedicar su vida a un trabajo que realizaba con gran pasión y esfuerzo, “este es un oficio maravilloso, más que todo es crear, diseñar una pieza que lleva su nombre y esfuerzo”.

Corsina García desde hace 50 años dedica su vida a la costura

Con orgullo, Corsina nos comenta que en la actualidad son muchas las personas que han pasado por su pequeño taller; “me gusta que las clases sean personalizadas, dedicarle un gran tiempo para que aprendan y puedan generar dinero extra con ellos, yo no cobro por enseñarle, al contrario es un orgullo para mi darme cuenta que puedo ayudar a los demás, todas aquellas personas que quieran aprender yo los ayudo y les enseño”.

Además de la costura, Corsina dedica gran cantidad de tiempo a la siembra de sus propios alimentos, en su pequeño patio creó un espacio con amor, donde como ella misma dice, ‘cada semilla que siembra, semilla que crece y florece’.

HISTORIAS DETRÁS DE LA BARRA

Kevin Barberi es un joven que dejó atrás sus dos profesiones universitarias, contaduría pública y fiscal tributario, y años de estudios para dedicar su vida hacer lo que ama y apasiona, “por situación país no pude ejercer mi profesión, así que junto con mi amigo que hoy en día es mi socio, Benito Magallanes, me dediqué a aprender un nuevo oficio que se convirtió en mi nuevo estilo de vida”.

En la actualidad, Barberi dedica gran parte de su tiempo a enseñarles la magia de los cocteles a todos aquellos jóvenes que han tomado la difícil decisión de irse del país; “desde septiembre el 2016 estamos dictando estos cursos, todo comenzó como un sueño en el cual he aprendido mucho del mundo de la coctelería y el arte que este conlleva, me ha tocado prepararme y capacitarme para brindarle lo mejor a todos los jóvenes”.

Barberi señala que durante estos dos años viviendo su sueño se han encargado de capacitar a más de 1000 jóvenes, “la mayoría de nuestros alumnos están en otros países trabajando de este oficio, que se ha convertido en su estilo de vida, es un oficio que te involucra con personas de todas las clases sociales, por esa razón debemos estar lo más capacitado posible”.

Asimismo, precisó que en Venezuela o en otro país, lo importante es ser protagonista de sus propios sueños y realizar los oficios que aman y apasionan, “nunca es tarde para aprender un oficio, lo importante es tener las ganas de hacerlo, la situación del país no está fácil, pero sigo confiando y apostando a mi tierra, la experiencia de enseñar a otros me ha generado mucha satisfacción y ver como cada uno de ellos toma su rumbo y crean su propia historia”.

Por último, Barberi destacó que aunque existen muchas personas que han decidido irse del país, todavía existe otra gran cantidad de venezolanos apostando por el país y que están dispuestos a transferir sus conocimientos a todos aquellos que desean emprender una nueva vida lejos de su tierra natal.

VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR

Alex Maldonado, licenciado en Comunicación Social, el cual en medio de tantas dudas decidió tomar un nuevo rumbo, “mi mayor miedo era a fracasar, dejar todo lo que tenía en Venezuela, mi carrera, mi familia, mi experiencia laboral, todo mi entorno, mi zona de confort, sabía que al salir del país me tenía que enfrentar a trabajar en lo que fuera, no iba a tener otra opción o al menos al principio”.

A pesar de las dudas, Maldonado decidió arriesgarse, empacó sus maletas las cuales estaban cargadas de momentos especiales y emprendió su viaje a Chile, país el cual le abrió las puertas; “es un país costoso y el primer trabajo para un inmigrante es muy difícil, gracias a Dios conseguí un empleo y ahora estoy bien, pero mi decisión de salir de mi país se debió a que lo ganaba no me alcanzaba para nada y quería darle mayor bienestar a mi familia, dejé de pensar en mí y comencé a pensar en ellos, para que tuvieran una mejor calidad de vida, así yo tuviera que trabajar todo el día, todos los días”.

Asimismo, señaló que, aunque contó con el apoyo de su familia y fue recibido por su primo, su mayor obstáculo fueron los sentimientos encontrados, “lo más difícil a lo que me he enfrentado es extrañar a mi familia y no tenerla cerca, lograr algo y tener que contárselo vía Whatsapp, tener que superar los obstáculos solos, que te pregunten cómo estás y decirle que bien, aunque te toque caminar 45 minutos para llegar al trabajo y de esta forma ahorrar lo más que se pueda”.

Pero a pesar de los obstáculos y los mil inconvenientes que se presenten en el camino, Maldonado señaló que esta nueva etapa ha sido enriquecedora ya que se ha demostrado así mismos que es capaz de realizar grandes cosas, “estoy trabajando en un oficio que nunca pensé hacer, soy cuidador de pacientes psiquiátricos, no tenía ningún tipo de experiencia, pero con el pasar de los meses he aprendido, ya tengo 5 meses en esta nueva experiencia, para los inmigrantes ha sido una montaña rusa de experiencia, algunas personas con su xenofobia absurda son capaces de poner en tela de juicio nuestra capacidad para realizar la función que estamos haciendo, sin embargo muchos se han dado cuenta que los venezolanos venimos a este país a trabajar, hacer las cosas y colocamos todo nuestro empeño en aquellas labores que realizamos”.

MÓNICA GOITIA | elsiglo
fotos | JOSÉ RAMÓN GONZÁLEZ