Un “terrible accidente” de tránsito ocurrido durante la tarde de ayer domingo, acabó con la vida de Andrés Eduardo Vargas Ochoa, luego de colisionar su vehículo Turpial color blanco contra una gandola en el momento que se desplazaba por la importante arteria vial del estado Aragua, conocida como la Intercomunal Santiago Mariño.
El suceso ocurrió aproximadamente a las 3:00 de la tarde en las inmediaciones de la Encrucijada de Turmero, municipio Mariño, no solamente extinguió con la vida del ciudadano antes mencionado, sino que también dejó lesionado al conductor del vehículo pesado, que quedó identificado como José Luis Márquez, de 56 años de edad, quien presuntamente reside en Los Teques.
Del mismo modo trascendió que los ciudadanos que iban a bordo de ambos automóviles se dirigían en dirección a Cagua, por lo que se presume que en algún momento, el conductor del carro tipo Sedan perdió el control del mismo y se estrelló contra la gandola, ocasionando el fatídico accidente.
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El carro quedó destrozado del lado izquierdo trasero, razón por la cual resultaron fuertemente golpeadas las personas que viajaban en ese automóvil.
Al lugar se presentaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, los Bomberos del estado y Protección Civil, quienes atendieron la emergencia.
El carro quedó completamente destrozado del lado izquierdo
Hasta el momento del cierre de esta edición, se desconoce el número exacto de víctimas lesionadas en el hecho, sin embargo, se supo que algunas se encontraban atrapadas en el vehículo particular.
De manera extraoficial, se presume que tanto el conductor de la gandola, como el resto de los heridos fueron trasladados hasta el Hospital Central de Maracay para ser atendido por los facultativos, pues su estado de salud, aparentemente sería algo complicado.
Las autoridades de Tránsito Terrestre iniciaron las averiguaciones de rigor para dar con las posibles causas del suceso que enluta a otra familia aragüeña, producto de la irresponsabilidad a la hora de encontrarse detrás del volante, abusando de la velocidad permitida.
ANDRESSA GARCÍA | elsiglo
