El evangelio mueve masas gracias a la fe y no a la cultura

Las religiones se caracterizan por ser parte del acervo cultural de una nación, y como ya se había nombrado en la primera edición de esta investigación que aborda las creencias religiosas en Venezuela, está consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, vigente desde 1999, el derecho de profesar cualquier creencia, siempre y cuando no atente contra la moral y los buenos principios.

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religión
Templo de Los Testigos de Jehová

En ese sentido, es el turno de abordar el tema de la propagación de la religión evangélica en el país, tomando en cuenta que en la actualidad puede ser considerada como la segunda religión en Venezuela, seguida de la oficial que es el catolicismo, según el censo religioso realizado el pasado año 2017.

Cabe destacar que el evangelio como religión, es de nueva data en el país, al menos así lo clarificó un representante de la iglesia de Los Testigos de Jehová cuando especificó que fue la década del 40 la que presenció la llegada de los primeros misioneros de la religión cristiana y evangélica.

Aunque Los Testigos de Jehová y los evangélicos tienen muchas similitudes en sus creencias, el señor Héctor Castro, que se congrega en un templo propio de los Testigos de Jehová, explicó que las diferencias recaen en cuestiones bíblicas e históricas.

DIFERENCIAS DE CREENCIAS

“Las diferencias entre el evangelio y la creencia de Los Testigos de Jehová es algo que no se explica en dos palabras, niña”, fue lo que comentó Castro al ser increpado sobre la exactitud de la discrepancia de creencias.

Según lo comentó, el detalle está por ejemplo en la alabanza de la cruz como símbolo invaluable de la fe cristiana, porque según la creencia bíblica e histórica que manejan Los Testigos de Jehová, la cruz realmente es un símbolo que existe desde las culturas egipcias, fenicias y chinas.

“En la cultura egipcia se ve la cruz, por ejemplo, y eso es mucho antes de que llegara el cristianismo al mundo, entonces quiere decir que la cruz no es un símbolo que esté netamente relacionado con Cristo”, explicó el señor Héctor, justo antes de comentar que dentro de esa religión se cree que Cristo no murió crucificado de la manera como lo hacen pensar, sino que lo colocaron con las manos cruzadas y colgado en una madera que para nada tenía forma de cruz.

“La crucifixión como lo hacen saber en estos tiempos, nosotros creemos según estudios arqueológicos, que no era una manera de tortura en la época de Cristo, como sí lo era el hecho de colocar colgadas a las personas con los brazos clavados unos con otros”, terminó de narrar el señor Héctor.

Sobre el entendimiento de esta religión, el señor Castro explicó claramente que se trata simplemente de una condición personal y que para las personas que se encuentran en caminos neutrales, como es el ejemplo de los católicos, es bastante complicado entender las creencias evangélicas, porque de pronto no poseen una mente tan amplia como para poder entenderlo abiertamente.

“Para entender todas esas cosas se necesita de un análisis profundo de la Biblia, por eso nosotros impartimos clases en estos lugares, porque para lograr entenderlo no basta con algunas clases y ya, esos son estudios que se hacen”, enfatizó el creyente.

Los estudios que se llevan a cabo dentro del templo pueden ser considerados como parte de la teología, que no es más que los estudios a profundidad de Dios y todas las creencias que a partir de él emergen, es por eso que el señor Castro explicaba que se requiere de mucha sabiduría y conocimiento para poder entender la verdadera fe en Dios, vista desde el punto de vista de Los Testigos de Jehová.

CANTIDAD DE DEVOTOS

Según las cifras que ofrece el censo religioso del pasado año 2017, al menos un 21% de la población venezolana practican la fe evangélica y un porcentaje aún más bajo de personas se desvía hacia la práctica de Los Testigos de Jehová, sin embargo, solamente en Maracay, esa cifra es amplia y elevada.

Tal y como lo comentó el señor Castro, solamente en la ciudad pueden llegar a contarse un total de dos mil quinientos o tres mil creyentes, porque solamente en esa iglesia se congregan al menos ochenta personas.

“Es una cuestión que hay que analizar, porque no necesariamente todos los que vienen a escuchar la palabra de Dios desde esta religión, son creyentes y consagrados, hay muchas personas que sólo vienen de observadores”, explicaba el religioso.

Es por eso que es necesario que quede claro que aunque en ese templo al que él pertenece, se congreguen una media de ochenta personas, la verdad es que la asistencia ronda las noventa y cinco, lo que quiere decir que no todos van por convicción de quedarse, sino que van también a manera de experimento.

Desde el atril, que es el lugar donde se colocan los religiosos conocedores de la materia para dar sus charlas sobre por qué el camino es dedicarse a ser Testigos de Jehová, Castro explicaba que el juego de palabras que gira en torno al nombre del Dios, se debe a que en las creencias religiosas antiguas, se nombraba al altísimo como Jehová o Yahveh.

Instalaciones de la Iglesia Pare de Sufrir

DE LIBRE ALBEDRÍO

Según comentó el religioso, Los Testigos de Jehová se van formando de generación en generación, lo que quiere decir que desde que nacen dentro de una familia con esas creencias, van formando su espíritu dentro de esas creencias, para servir a Jehová.

“A pesar de que los jóvenes cuando ya cumplen 18 años pueden decidir su destino y su futuro en la religión, es decir si siguen con la religión de Testigo de Jehová o se cambian, ellos son libres desde antes de la mayoría de edad, de decidir si continúan con la cultura o no”, aclaró el señor Castro antes de especificar que la religión que ellos profesan se transmite de generación en generación.

En cuanto a la transmisión de conocimientos, el creyente dejó bien en claro que a pesar de ser una cuestión de fe, también lo es de cultura, porque en su caso, desde joven comenzó a practicar esa religión por cuestiones de convicción propia, pues según comentó, “cada quién tiene su convicción propia, y eso tiene que ser respetado, de hecho eso se respeta aquí en nuestra religión”.

Fue muy necesario preguntar sobre las personas que dicen practicar un “evangelio libre”, así que ante esa interrogante, el señor Castro explicó que existen varios tipos de creyentes, así que como existe aquel que se aboca en todos sus cinco sentidos a la iglesia, hay otros que no lo hacen con tanta frecuencia, sino que lo hacen de una manera más organizada.

“Algunos se ponen con la idea de que ‘vamos a hacer tal cosa tales días’, y cosas así, a esos se les llaman evangélicos libres y eso también es válida dentro de nuestra religión, lo importante es nunca posponer el servicio a Dios”, fue la respuesta tajante de Castro.

PARE DE SUFRIR

Como en todas las creencias, también existen templos y lugares a los que generalmente no se permite la entrada de todo curioso, o de cualquier persona que ingrese con la idea de indagar y preguntar, tal es el caso de los templos Pare de Sufrir.

Al momento de asistir a una de las sedes de esta iglesia ubicada en el corazón de Maracay, la persona que cuidaba la puerta del recinto se encargó de explicar que para poder saber un poco más sobre ellos, era necesario cumplir algún protocolo, en este caso se trataba de hablar con el padre que oficia la misa allí, cosa que no pudo ser posible en ese momento.

A pesar de este incidente, hay gran cantidad de personas que asisten a estos templos, con la idea de que puedan ser sanados de sus males y enfermedades, es por ello que la legión de seguidores de este tipo de templos, crece de manera exponencial con el tiempo y la experiencia de las personas.

A pesar de que muchos escépticos puedan pensar que se trata de monetarismo, la realidad es que este tipo de iglesias mueve masas a cuestas de la fe, y esto propiamente dicho en el mejor sentido de la palabra.

Tal y como lo comentaba el señor Héctor Castro, “todo se trata de la fe con la que las personas hagan las cosas, es por eso que esta religión se trata de fe y no de cultura”, quizás con esta frase quiso explicar que la fe no conoce de culturas, pues no es la cultura la que sana, sino la creencia de las personas en un ser todopoderoso que puede sanar.

ANDRESSA GARCÍA | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA