Nuevas conversaciones para tratar de poner fin a la sucia guerra de Yemen

La ONU entablará nuevas conversaciones desde el jueves para intentar poner fin a la “sucia guerra” de Yemen, un conflicto olvidado que ha provocado la peor crisis humanitaria mundial, cuya solución parece lejana a causa de la animadversión entre las partes beligerantes.

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Yemen
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Signo de la brecha que separa al gobierno yemení, apoyado por Arabia Saudita, de los rebeldes hutíes chiitas, respaldados por Irán, es que no se prevé ninguna conversación cara a cara durante esta ronda en Ginebra, salvo sorpresa, durante estas discusiones propuestas por el nuevo mediador de ONU -desde febrero- el británico Martin Griffith.

No obstante, las dos partes se reunirán por primera vez en la misma ciudad desde el fracaso, en agosto de 2016, de un proceso de paz que duró 108 días, desarrollado en Kuwait.

Los hutíes, una minoría originaria del norte de Yemen que se quejaba de haber sido marginada, tomaron vastos territorios a partir de 2014 y controlan la capital, Saná. Y, si bien las fuerzas progubernamentales han reconquistado algunas zonas del sur en 2015, desde entonces han progresado muy poco.

Según la ONU, tres yemeníes sobre cuatro necesitan ayuda, sobre todo alimenticia, y una tercera epidemia de cólera amenaza a la población.

Recientes ataques aéreos atribuidos a la coalición liderada por Arabia Saudita ilustran la tragedia de los civiles en el conflicto, con 66 niños muertos sólo en agosto.

“Guerra sucia”, admitió un ministro emiratí, cuyo país apoya a las heteroclíticas fuerzas progubernamentales en la coalición junto a Riad. “No hay guerra sin daños colaterales”, afirma un portavoz militar saudí.

“Crímenes de guerra”

Expertos de la ONU concluyeron el 28 de agosto que todas las partes habrían cometido “crímenes de guerra”.

Pese a la intervención de la coalición árabe desde 2015, los aguerridos combatientes hutíes mantienen con firmeza sus bastiones en el norte y oeste de Yemen.

Frecuentemente disparan misiles hacia Arabia Saudita, que acusa a Irán -su rival regional- de proporcionarles armas, algo que Teherán niega.

Griffiths a colocado la barra bastante baja en Ginebra.

Estas “consultas” buscan diseñar “un marco para negociaciones formales”, indicó la ONU.

“No hay demasiadas expectativas”, dijo un diplomático estadounidense, y agregó que este nuevo proceso “puede llegar a algo” si el mediador favorece “medidas que fomenten la confianza”, como la liberación de prisioneros, la reanudación de vuelos en Saná y una cooperación técnica para el Banco Central.

El ministro de Relaciones Exteriores yemení, Jaled al Yemani, confirmó a la AFP esta aproximación, citando el tema de los prisioneros.

Griffiths es el tercer mediador en el complejo conflicto yemení.

En junio, Emiratos supervisó una ofensiva de fuerzas progubernamentales hacia la estratégica ciudad portuaria de Hodeida (oeste) pero, en aras de su imagen internacional, se detuvo el asalto por temor a un baño de sangre.

Sin embargo, “mantenemos nuestra presión sobre Hodeida” porque “es esencial para cambiar la situación estratégica” y “acortar la guerra”, dijo el ministro de Exteriores emiratí, Anuar Gargash. El lunes, un ataque aéreo de la coalición abatió a 38 combatientes hutíes, según fuentes médicas y de seguridad.

Posiciones estáticas

Los beligerantes se mantienen estáticos en sus posiciones.

La coalición y sus protegidos yemeníes insisten en la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU, que reconoce “la legitimidad” del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, exige la retirada de los hutíes de los territorios conquistados y la restitución de armas pesadas.

Los hutíes piden “detener la agresión” árabo-emiratí antes de cualquier concesión, como la mencionada en el verano (boreal) de una posible entrega del puerto de Hodeida a la ONU.

Las consultas en Ginebra “son importantes puesto que no hay desde hace dos años, y se harán bajo el auspicio de un nuevo enviado de la ONU”, dijo el investigador yemení Farea al Muslimi, aunque cree que no “llegarán lejos”, porque las potencias no se involucran. Las oenegés protestan por la actitud de éstas, que venden armas a Riad, un aliado estratégico.

Bajo presión internacional tras un ataque aéreo contra un autobús en que murieron 51 personas, 40 de ellas niños, el 9 de agosto, la coalición prometió una investigación interna -reconociendo errores- e imponer sanciones a los responsables.

Según la ONU, desde marzo de 2015, al menos 6.660 civiles han muerto y 10.500 resultaron heridos en Yemen, “aunque las cifras reales serían mayores”.

Fuente: AFP