“Muchos médicos del HCM vienen a trabajar con los zapatos rotos”

La salud de una sociedad, es una de las cosas, sino la más importante, para el desarrollo de un país. Una sociedad sana, es capaz de trabajar y salir adelante, si la salud falla, fallan todas las demás estructuras, y al parecer eso está ocurriendo en Venezuela, o al menos en Aragua.

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HCM
Los pacientes pueden morir si no cumplen con el tratamiento

Según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 83, “la salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida”. En el mismo artículo, más adelante también detalla “el Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios”, sin embargo, la realidad de la red hospitalaria en Aragua es otra.

Tal como lo explicaba el presidente del Colegio de Médicos, Ramón Rubio, el sistema de red ambulatoria del estado Aragua está conformado por diversos hospitales tipo uno, dos, tres y cuatro que prestan atención a los ciudadanos, los cuales en la actualidad se encuentran en precarias condiciones, que entre otras cosas, impiden la completa atención de los pacientes.

Para hacer un rápido desglose, de tipo uno es el del Sur de Aragua en Camatagua. De tipo dos es el Hospital de Villa de Cura y de tipo tres son algunos adscritos al Seguro Social, como el Dr. José Antonio Vargas, mejor conocido como La Ovallera.

El Hospital Central de Maracay por ejemplo, es el único Hospital tipo 4, pues recibe pacientes incluso de otros estados, porque tiene suficientes especialidades como para atender emergencias y problemas más graves de salud, sin embargo, sus médicos hoy reflejan otra realidad.

“Yo creo que este es el peor momento de la salud en Venezuela, porque hay una escasez casi del cien por ciento, lo que quiere decir que los pacientes tienen que correr con todos los gastos de las cosas más mínimas”, fue parte de lo que el doctor Rubio destacó, testimonio que fue totalmente comprobado por el doctor Alix Herrera y otros médicos del HCM que prefirieron no ser identificados.

Causa estupor pensar en la razón por la que los galenos prefieren no identificarse y hablan sobre la realidad del hospital de manera bastante temerosa. “El miedo existe, hay muchos de los doctores que tienen miedo a las represalias por decir lo que no se puede decir, que son las condiciones del hospital”, explicaba el director del Banco de Sangre, doctor Carmelo Gallardo.

Esto hace que se pueda percibir el primero de los problemas graves por los que atraviesa el gremio de la salud en Aragua, y es que no solamente se trata de la escasez de los insumos, sino que se basa también en el miedo a denunciar lo que no está bien.

ESCASEZ AL CIEN POR CIENTO

Cuando el doctor Ramón Rubio, presidente del Colegio de Médicos del estado Aragua, comentaba que existe una escasez del casi cien por ciento en los insumos médicos básicos que se necesitan para el funcionamiento de un hospital tipo 4, como el caso del Central de Maracay, el equipo reporteril quedó poco convencido de que ese fuera realmente el número.

Bastaron unos segundos al lado de una familia cuyo hijo sufre de leucemia, para saber que ese sí es el número real de la escasez. -¿Hay vancomicina en el Hospital para colocarle al niño?- fue la pregunta premeditada del doctor tratante del caso, a una doctora residente, siendo su respuesta fría y tajante -No hay-.

La sugerencia del doctor para esa familia fue, “tienen que comprar el medicamento, ¿ya lo compraron?”, como si el dolor por la difícil enfermedad de su pequeño no bastara. El padre de la criatura, con el espíritu inquebrantable contestó, “costó quince millones la ampolla”.

Posterior al episodio, el doctor explicaba que un paciente de leucemia necesita ampollas de vancomicina con cierta frecuencia con el fin último de salvar su vida, o al menos controlar la enfermedad. Así que la solución por la que optan muchas familias es viajar hasta el vecino país para adquirir el medicamento, “es bastante costoso y engorroso el viaje, pero por salvar la vida del paciente, los padres hacen el sacrificio”.

Lo peor es que el episodio se repite con mucha frecuencia, “todos los días hay un paciente que necesita buscar las medicinas afuera porque el Hospital no las ofrece”, como lo detalló el doctor Carmelo Gallardo.

No solamente a los pacientes de cáncer les afecta la escasez, sino que tampoco hay anticonvulsivantes, ni antiepilépticos, dopamina o insulina. Antibióticos básicos ya casi no hay existencia en ese hospital tipo 4. Al menos eso fue lo que detalló tanto el doctor Gallardo, como una doctora que no quiso identificarse.

Pues bien, Barrera comentaba que las condiciones en el hospital son bastante precarias en cuanto a la dotación de insumos, siendo este año el de mayor agravamiento de la situación de crisis hospitalaria en ese centro de salud tan importante; es de recordar que según el doctor Rubio, el HCM recibe pacientes del centro del país, comprendiendo los estados Carabobo, Cojedes y Guárico; extendiéndose incluso a la atención de pacientes de los andes venezolanos.

Solamente en el caso de los pacientes que sufren de Parkinson, la realidad es oscura, pues de dos mil personas a las que regularmente se les mantenía en tratamiento, ahora ninguna de ellas puede contar con esa necesidad para poder extender sus posibilidades de vida.

“Lo peor es que no podemos pedir medicamentos a otros estados porque la situación en líneas generales es en todo el país, así que no podemos contar con la ayuda de cualquier otro hospital en el país, porque están en las mismas condiciones, sino peor que el HCM”, fue parte de lo que destacó el doctor Carmelo Gallardo, siendo preciso recordar la frase expresada por la doctora Barrera: “Todavía Maracay sobrevive porque en su momento sus estructuras fueron fuertes”.

Las transfusiones de sangre representan otro problema grave a la hora de salvar la vida de los pacientes, pues según comentó el doctor Herrera, hematólogo del hospital, una de esas puede alcanzar hasta los Bs. S 600 (Bs. F. 60.000.000), costo que es bastante elevado para una familia promedio.

INFRAESTRUCTURA EN TERAPIA INTENSIVA

Cuando el doctor Ramón Rubio enumeró la problemática de la red hospitalaria en Aragua, se encargó de enfatizar que el problema principal es la escasez de insumos, siguiéndole la infraestructura y por último la carencia de personal.

Al hablar de la infraestructura, es obligatorio dirigir la vista a los pisos del Hospital Central de Maracay, cuya entrada está prohibida para la prensa, pues es evidente el completo deterioro en el que se encuentran las instalaciones de lo que en algún momento fue ejemplo y escuela de todas las generaciones de médicos.

Según lo detalló el doctor Carmelo Gallardo, el problema viene desde la mala administración y la protocolización de los recursos para la adquisición de productos para mejorar la infraestructura. “Fíjate lo que pasa con los bombillos, para comprar un solo bombillo hay que esperar la compra por Corposalud y luego que lo trasladen y es mucho tiempo”.

De la misma manera explicó que algunas de las remodelaciones que han comenzado a hacerle al hospital, o están inconclusas o han sido hechas de manera innecesaria, por lo que obstaculiza el trabajo de los médicos y además no permite mantener la higiene de las áreas del hospital.

Solamente en el espacio de pediatría, según lo explicó otra doctora a la que llamaremos Mercedes Sarmiento, deberían ingresar quince niños, pero puede haber hasta 39, lo que representa entonces condiciones de hacinamiento, aunque de la misma manera explica que esas condiciones ocurren por falta de camillas para mantener a los pacientes, no por la cantidad de pacientes, pues por la situación de emigración, se reduce la cantidad de pacientes en el centro de salud.

“Lo más difícil de manejar es que con tanta precariedad de insumos y la forma en que los tenemos retenidos aquí, los niños agarran infecciones, se contaminan aquí adentro del hospital, entonces es peor porque los familiares la mayoría de las veces no tienen los recursos como comprar medicamentos que impidan o controlen las infecciones”, explicó la doctora Sarmiento.

DIÁSPORA DE SALUD

Como bien lo comentó el doctor Ramón Rubio, presidente del Colegio de Médicos del estado Aragua, el tercer factor preponderante de la crisis de salud es en definitiva la carencia de personal.

Bien porque se van del país en búsqueda de mejor futuro, o porque el ingreso de un médico no funciona para vivir, los galenos día a día dejan más plazas de trabajo, abandonando finalmente al paciente, quien necesita ser atendido por un cirujano, por un neurólogo, cardiólogo o internista.

“Aquí no es que no tengamos neuropediatra, porque no podemos decir eso, pero sí una de ellas se fue del país, y la que queda en estos momento está de reposo post-natal, entonces en este preciso momento no hay médico neuropediatra”, destacó la doctora Barrera.

Por su parte, el doctor Gallardo enfatizó que los médicos que quedan trabajando en el Hospital Central, lo hacen porque de verdad aman su trabajo y quieren seguir allí, porque por dinero no se puede. “Muchos médicos vienen aquí con los zapatos rotos, ni siquiera tienen con qué comprar zapatos. Mi medio de transporte es una bicicleta y me vengo desde Santa Rita en ella”, apuntó.

También el Presidente del Colegio destacó que la manera de verle algo de ganancia monetaria a la profesión de medicina en Venezuela es tener un consultorio propio, porque de lo contrario, el hecho de trabajar para la medicina pública o privada, no deja dividendos que puedan mantener una forma de vida decente y digna.

Por su parte, la doctora Barrera confesó que otras especialidades del Hospital han quedado con plazas vacantes, pues la mayoría de los galenos encargados de ellas han emigrado a otros países, así que ya el HCM no es el hospital donde se pueda conseguir cualquier tipo de médico.

Vale acotar, y esto a manera de reflexión; que se tomó como referencia el Hospital Central de Maracay para seguir una línea clara sobre la situación de los hospitales en Aragua, tomando en cuenta que ese que es tipo 4, que quiere decir que debe ser especializado y con amplio espectro de atención, está en franco abandono y deterioro, siendo los últimos y más graves afectados, el pueblo aragüeño.

ANDRESSA GARCÍA | elsiglo