Tras el derrumbe del puente en Génova, aumenta la indignación en el gobierno

Desde el mortífero derrumbe del puente de Génova, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, los dos líderes populistas del gobierno italiano, redoblaron una escalada de denuncias y acusaciones contra la empresa concesionaria de la autopista y su turbia administración.

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Génova
Imagen referencial

Entrevistas de radio por la mañana, conferencias de prensa improvisadas delante de los escombros, delante de la prefectura, delante del hospital, programas de televisión por la noche y directos en Facebook a todas horas… Di Maio y Salvini han sido omnipresentes.

En el punto de mira: la familia Benetton, que posee el 30% de Atlantia, el grupo propietario de Autostrade per l’Italia, que gestiona la autopista.

Uno pide la revocación de la concesión de Autostrade per l’Italia, por el tramo del puente, el otro pide la revocación de todas las concesiones. Uno solicita la dimisión de los dirigentes de Autostrade, el otro solicita la prisión incondicional.

Imagen de una historia de éxito a la italiana, la familia Benetton simboliza también para ambos líderes el gran capital indiferente a las dificultades de la gente corriente que dicen representar.

Aunque el jefe del gobierno, Giuseppe Conte, fue el primero en llegar al lugar de la catástrofe el martes y se encargó de los comunicados oficiales, sus dos vice primer ministros, líderes del Movimiento 5 Estrellas (M5S, populista) y de la Liga (extrema derecha), monopolizaron la palabra.

 El dinero de los Benetton

“El problema con el derrumbe del puente viene del hecho de que cuando pagamos un peaje, nos imaginamos que este dinero será reinvertido en el mantenimiento, pero en realidad se reparten los beneficios y los puentes se desploman”, resume Di Maio.

Génova “no espera limosna sino justicia y haremos lo posible para que así sea. Si hace falta anulando estos contratos con estas empresas que se enriquecieron si respetar la seguridad”, se indigna también Salvini.

“A diferencia de aquellos que nos precedieron, no debemos nada a nadie”, añade, mientras que Di Maio explica: “Por primera vez, hay un gobierno que no aceptó dinero de los Benetton”.

La familia Benetton, que volvió a aparecer en julio con un anuncio que denunciaba la nueva firmeza antinmigrantes de Italia, financió ampliamente a varios partidos políticos, aseguran ambos líderes, y en particular a Matteo Renzi, el hombre fuerte del Partido Demócrata (centro izquierda). Este último lo desmintió.

Y en un inusual escenario en estas circunstancias, es la oposición la que pidió sobriedad y cohesión.

“Ante tal tragedia, un país civilizado se une en vez de dividirse”, recriminó Renzi, mientras que un Silvio Berlusconi muy discreto recomendaba “dejar las polémicas de lado”.

“La vieja fábula”

Renzi también se permitió dar una lección a los dos dirigentes: “Los responsables deberán pagar hasta el último céntimo […]. Pero gobernar es más complicado que escribir un post en Facebook, si revocamos la concesión, paradójicamente le hacemos un regalo a Autostrade. Porque hay que pagar mucho dinero”.

El gobierno además mostró algunas dudas: la revocación de la concesión no forma parte del informe oficial del consejo de ministros donde se supone que se decidió y los comunicados del ministerio de Infraestructuras son prudentes.

“Son solo los términos técnicos”, recordó el viernes Di Maio. “Los que se oponen a la revocación de las concesiones de Autostrade deberán pasar por encima de mi cadáver”, añadió.

Una parte de los ataque de los dos vice primer ministros tuvieron también un efecto bumerán.

Cuando Salvini afirma que Autostrade debería haber suspendido los peajes “en la hora siguiente al drama”, la prensa publica fotos de un banquete festivo que no anuló con responsables de la Liga en Sicilia, mientras que los bomberos y policías que su ministerio trabajaban entre los escombros.

Cuando ambos líderes se indignan contra el estado de las infraestructuras en el país, la oposición les recuerda que la Liga estuvo en el poder durante los años de alianza con Silvio Berlusconi y que el M5S se opuso a menudo a los grandes proyectos de acondicionamiento, denunciados como un gasto de dinero público en beneficio de un puñado de grandes empresarios.

En 2013, una publicación en el blog de Beppe Grillo, fundador del M5S, se burlaba de “la vieja fábula del derrumbe inminente del puente Morandi” para denunciar la Gronda, una nueva autopista alrededor de Génova prevista para la próxima década.

Fuente: AFP