Violencia intrafamiliar es una “enfermedad” que llevan los victorianos en silencio

La violencia intrafamiliar es un tema que en la actualidad se encuentra en el tapete público, puesto que es uno de los más conversados y atacados. Pero pese a estas acciones, aumentan de manera progresiva las familias que la padecen, trayendo como consecuencia la disfunción familiar y los problemas con el entorno social.

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En los sectores más humildes del Eje Este de Aragua se incrementa la violencia intrafamiliar

Es que al hablar de violencia intrafamiliar se hace referencia a los daños psicológicos, físicos o sexuales que una persona da a otra en el ámbito familiar. El maltrato psicológico aparece, por lo general, antes del físico, es decir, comienza con insultos, continúa con intimidaciones, desprecios y en algunas ocasiones con el aislamiento de la víctima, hasta llegar a convencerla de que es merecedora de las agresiones que sufre. Con esto el agresor garantiza que el agredido no comunicará lo que le sucede.

En la ciudad de La Victoria, municipio Ribas, son diversos los casos de violencia de género que afectan de manera directa no solamente a la persona que está siendo atacada, sino también a su núcleo familiar.

De acuerdo a Stefany Azuaje, psicóloga clínica: “Muchas víctimas de la violencia doméstica definen el maltrato psicológico como peor que el maltrato físico. Los moretones y los golpes desaparecen con el tiempo, pero el dolor y el resentimiento que les causa el maltrato psicológico puede que no desaparezcan nunca”.

En este sentido, agregó: “Generalmente la violencia se da por la falta de comunicación entre la pareja, es ahí donde empieza el irrespeto y la falta de comprensión. Cuando hay hijos de por medio éstos también sufren, ya que están observando o escuchando cómo sus padres discuten y se agreden física y verbalmente, esto trae graves consecuencias”.

Ahora bien, la violencia de género no es un fenómeno reciente, por el contrario, ha sido una característica que las personas han ido aceptando desde tiempos remotos. Sin embargo, no comienza a concientizarse como fenómeno social muy grave hasta la década de los 60 en los países anglosajones, y en la década de los 80 en nuestro país.

Es por esto que en la actualidad en Ribas, según información suministrada por el oficial Ángel Rodríguez, jefe de la oficina de Procesamiento Policial de Poli-Ribas, estos casos se han incrementado teniendo en un mes hasta 20 denuncias realizadas por mujeres que son agredidas por sus parejas, mientras que existen menos de cinco casos de violencia hacia un hombre.

“Hay 21 tipos de violencia, en estos casos impera la violencia física y psicológica, no deben esperar a que lleguen a tal extremo para buscar un ente que los ayude cuando ya se convierte en agresión física. Se debe acudir a realizar la denuncia por el bienestar de los hijos si éstos están de por medio”, explicó.

De igual modo, agregó: “Los móviles siempre son por adulterio, infidelidad o porque se va a defender a los hijos. Una vez establecida la denuncia, se hace una revisión médica al afectado, se busca apoyo con la operación policial, se colocan los lineamientos del Código Penal y se llama a los órganos competentes. Posteriormente se levanta un acta de lo que pasó, se archiva en un expediente, y por último una carta de compromiso que estipule que el caso no volverá a repetirse”.

De igual manera, destacó: “La pena por el delito depende de los antecedentes y la suma de los agravantes. Las zonas donde abundan casos de violencia de género son Ciudad Socialista, Maletero, La Mora y Las Mercedes”.

Con respecto a estos hechos, aseveró: “Se han perdido los principios morales, hay que trabajar en el rescate de éstos. Se debe empezar desde el hogar con el apoyo, cariño y respeto de los padres. Sin valores familiares no somos nada, recordemos que cada quien es reflejo de lo que aprende en su hogar, es importante que los niños aprendan que el respeto es la base de la sociedad, mediante sus actos serán ciudadanos de bien”.

En el mismo orden de ideas, la psicóloga Azuaje estableció las fases de la agresión, que van desde la acumulación de la tensión, la cual se caracteriza por la agresión verbal y psicológica, luego viene la segunda fase que es la explosión, donde se mantienen los actos violentos y lascivos. Posteriormente viene la tercera fase que consiste en el alejamiento del agresor, es decir, cuando el mismo se da cuenta de que lo que hace está mal, ya sea por su cuenta o porque el agredido mantiene su distancia.

A la luz de esto, informó que de 200 pacientes que trata, entre 80 y 90 son mujeres agredidas y 5 son hombres, haciendo de conocimiento público que los detonantes de estos actos que se manejan actualmente son “casos de tensión por la situación económica, la persona tiene una conducta repetitiva tomada de un núcleo familiar, y casos de infidelidad”.

Al momento del agraviado realizar la consulta, lo primero que se trata es el autoestima de la persona, de manera que ella acepte la situación que está atravesando, se le realizan planes de vida donde entren en juego su independencia como su vida personal y económica. Luego de esto, se le hace un proyecto de vida donde entran sus hijos y su entorno familiar, después si decide continuar con la relación por cualquier motivo, se entrevista a la otra parte y se realiza la terapia de pareja, se hacen las terapias familiares.

Es importante destacar que a la persona, al ir a la primera consulta, se le orienta a que busque la asesoría legal, consejo que no toman y en ocasiones dejan de ir a la terapia por el miedo que les da. Dichas sesiones terapéuticas se inician cada 15 días y luego que se comienza a tener el control de la persona se disminuye a una sesión por mes, ya que si no se realizan las sesiones con ese periodo de tiempo, la víctima iniciaría una dependencia con el psicólogo tratante.

Por otro lado, expuso que las zonas con más casos de violencia de género serían Ciudad Socialista, Guacamayas, San Mateo, Las Tejerías y zonas de bajos recursos.

Por último, hizo un llamado a no tener miedo, decir lo que está pasando sea hombre o mujer. “Si eres hombre habla, eso no te hará perder hombría. Recuerden que la tolerancia es uno de los mejores instrumentos del ser humano y quien realmente ama no agrede”.

VÍCTIMA O SOBREVIVIENTE

Teresa Galíndez (nombre usado para proteger la identidad de la afectada), quien hace 12 años fuera víctima de agresiones, manifestó su experiencia en lo que respecta a maltrato de género. “Todo comenzó con la infidelidad por parte de mi pareja. A causa de esto fui cambiando el trato hacia él, ya no era callada y sumisa, alzaba la voz pidiendo respeto y explicaciones y solo eso fue por dos años. Cuando él se ponía violento, era bajo el efecto del alcohol porque sano no lo hacía”, comentó.

En este mismo sentido, agregó que “busqué ayuda psicológica porque me sentía que tenía la culpa, él aprovechaba esta situación y lo usaba para su beneficio. Obviamente esto afectó a mis hijos. Esto me obligó a tomar la decisión de sacar fuerzas de donde no tenía para acabar la tortura a la que estaba presa. Han pasado muchos años y a pesar de todo este tiempo, las secuelas no se olvidan, aprendí a vivir con ellas”.

Igualmente añadió, “no es vida mantener una familia bajo estas circunstancias, eso no es defender a un hijo, una debe detenerse a pensar qué es lo mejor para ti, pedir ayuda y darte cuenta de que esto es un problema que afecta a todos”.

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VICTORIANOS HABLAN

En un recorrido realizado por el Matutino de los Valles de Aragua, se pudo recabar la información de que en la actualidad la violencia es una realidad que golpea cada vez con más fuerza los hogares victorianos, por lo que los encuestados hicieron un llamado al diálogo y a la calma.

Asimismo, se conoció que pese a que en la actualidad manejan el tema, son muchas las personas que de una manera u otra son víctimas de estos acontecimientos.

“Yo no respaldo ningún tipo de violencia, puesto que no es la salida a ningún inconveniente, yo como madre entiendo que en ocasiones se discute, pero no hay que llegar a los golpes e insultos. Anteriormente, nosotras estábamos atadas a soportar por los hijos, pero ya hay formas de buscar ayuda y de no formar parte de esta actitud negativa, por ende, invito a las mujeres y hombres a buscar ayuda”, dijo Milagros Montaña.

En concordancia con Montaña, Doris Pastori expresó: “Nosotras las mujeres de antes quizás aguantábamos, pero ahora no. Yo conozco mis derechos y sé los derechos que tienen los hombres, por ende, trato de enseñar a mis nietos e hijos la importancia del respeto y la tolerancia para que de esa manera el conocimiento transcienda, ya que los valores vienen de casa. Yo sufrí insultos, pero eso no me volverá a pasar, porque gracias a Dios cuento con una familia que me apoya”.

Por su parte, Mercedes Moreno dijo: “Estas son dificultades familiares que van a seguir presentándose conforme pase el tiempo porque es una conducta adquirida. Lo que vemos en casa es lo que llevamos a la calle, por ende, exhorto a los padres a fortalecer valores, a criar a sus hijos desde el amor, la comprensión y el respeto, para mitigar estos hechos tan lamentables”.

En este mismo orden de ideas, Amada Sanoja aseveró: “Ya no hay comunicación, en la actualidad todo es detonante, por ende, debemos en las familias conversar, hablar sobre los problemas y en dado caso que se presente un acto de violencia, tratar de solucionar y si no se puede, pues se recurre a las autoridades. Las mujeres ahorita somos autosuficientes y no necesitamos de hombre para poder ir hacia adelante”.

Efrén Castillo dijo: “Se sabe que los hombres también somos víctimas de maltratos, pero yo no comparto eso de pegar o insultar a nadie, pues yo fui criado en un ambiente lleno de valores, donde a nadie se le debía pegar ni con el pétalo de una rosa, por eso llamo a los hombres a ser verdaderos hombres y a respetar, porque el respeto es recíproco”.

Para finalizar, los victorianos concluyeron aseverando que puede haber muchos detonantes para que haya violencia, lo importante es tener comunicación y más en las familias donde los más afectados son los niños.

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