Comer queso parece cosa de ricos por los altos costos

Comerse la tradicional arepa con queso rallado se ha vuelto cosa de ricos para muchos de los habitantes del eje Este del estado Aragua, pues según estos, el alto costo del lácteo los ha obligado a sacarlo de sus listas de compras y por ende de sus platos por muy criollos que sean.

En un recorrido realizado por los locales dedicados al expendio de este producto rico en calcio, vitaminas y calorías necesarias para el cuerpo, se pudo constatar que mantiene precios que rozan los 8 millones, sobrepasando el salario mínimo del consumidor que se posiciona en 3 millones de bolívares mensuales.

El queso varía el precio dependiendo del lugar, desde el millón hasta los 5 millones

Vendedores y encargados de establecimientos del rubro señalan que no encuentran una explicación lógica para este aumento tan desproporcionado, que en ocasiones a ellos también deja con la boca abierta, pues deben reducir el pedido.

José Rafael Piña, dueño de un negocio, comentó, “no se puede producir a pérdida. Si los productores y distribuidores no nos bajan el precio, pues nosotros no podemos vender más barato, pues estaríamos trabajando sólo para ellos”.

José Díaz, vendedor

Por su parte, José Díaz dijo, “a mí, los distribuidores me suben el precio casi semanalmente y hasta de un 50%, por lo que yo debo ajustar el precio de exhibición. Eso sí, apegándome lo más que pueda al bolsillo del consumidor, porque como ciudadano sé lo que cuesta ganarse el dinero”.

CIUDADANOS HABLAN

Margarita Romero manifestó su desconcierto cada vez que se acerca a comprar el queso. “Ya era bastante rudo comprar el kilo en 800 mil bolívares, ahora con este aumento ya se escapa de mi presupuesto. Tendré que reducir la cantidad o simplemente no comprarlo, porque lo que gano no me da la base para adquirirlo”, dijo.

Margarita Romero, consumidora

Regina de Madriz agregó, “yo trato de hacer mis sacrificios, porque el sabor que tiene el queso duro es indescriptible y más para nuestras comidas venezolanas, sin contar las vitaminas que contiene. Sin embargo, he bajado mucho el consumo, antes lo compraba semanal y ahora cada 15 días y lo estiro a más no poder, ya no acompaño todas las comidas y cuando lo hago casi que lo hago es poquitito”.

DANIEL MELLADO | elsiglo
fotos | ROYNER APONTE