Este jueves se observó en la mayoría de los bancos de Maracay gran cantidad de abuelitos esperando en las afueras para poder cobrar la pensión que les fue depositada el miércoles. Las largas horas de colas y el cansancio se evidenciaron en los rostros de las personas de la tercera edad, quienes tienen que pasar hasta seis días para poder retirar una parte del pago en efectivo.
Gladys Breto llegó a un banco del centro de la ciudad el sábado a las 7:00 de la mañana, procedente del sector El Venerable ubicado en La Morita, para cobrar la pensión el viernes a primera hora, por lo que lleva cinco días durmiendo en un cartón y bañándose en casa de las personas que viven alrededor de la entidad bancaria. En cuanto a la comida, se organiza con otras pensionadas paras proveerse de lo necesario para sobrevivir en la cola.
«Bueno, aquí nos ayudamos entre todos. Uno de nosotros trae un poquito de agua, otro trae una arepa, otro trae un poquito de comida en tazas de mantequilla y así vamos. ¿Tú sabes lo que es dormir en el piso por seis días para ni siquiera cobrar la pensión completa? Yo lo hago, y no es justo», sentenció. Por su parte, hay quienes deben lidiar con los dolores propios de la edad sumados a los producidos por distintas enfermedades, como es el caso de Dilia Ramírez, habitante de La Morita.
Ramírez comentó que sufre de diabetes y cardiopatía, además de alergias que le impiden respirar bien. Sin embargo, desde el lunes en la mañana pasa los días sentada en un banco de plástico, tapándose del inclemente sol y de la lluvia con un cartón. «De paso, no nos van a pagar completo; nos pagan lo que les da la gana, porque dicen que los ancianos venden el efectivo que cobran, y eso es mentira. Vamos a cobrar dos millones de bolívares de ocho millones 400 mil que equivale a la pensión completa. Eso no alcanza ni para un cartón de huevos, por favor», añadió.
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Para mantener el orden de la fila, los ancianos hacen listas para enumerar los que ya están y los que van llegando. Entre ellos eligen al encargado de anotar los nombres de los pensionados, para posteriormente darles las anotaciones a vecinos ajenos a las colas, para que así no haya ningún tipo de agregados ilegales.
En el mejor de los casos, las personas de la tercera edad no duermen varios días; no obstante, deben salir de sus casas de madrugada para llegar al banco antes de que salga el sol. Una de las personas que emplea este método es María García, quien sale de su casa ubicada en el sector San Carlos, a las 5:00 de la mañana para agarrar el transporte público que también está escaso. Una vez en su lugar de destino, debe esperar incluso hasta la tarde para ser atendida por trabajadores bancarios.
Las largas filas se extienden en los alrededores de las entidades bancarias de la ciudad e incluso, pueden cruzar una cuadra. Los abuelitos deben armarse de paciencia y fortaleza para aguantar muchas horas a la intemperie, además de soportar largas jornadas dándole la cara al sol o la lluvia. Sin duda, cobrar la pensión en Venezuela dejó de ser un beneficio para convertirse en un martirio.
MELANIE PAYARES (pasante) | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO