La hiperinflación espantó la presencia de vikingos

El alto costo de las bebidas alcohólicas ha traído como consecuencia una notable disminución de los llamados “vikingos” en las calles de Maracay, pues la ingesta de licores que antes era una rutina diaria ahora se ha convertido en un lujo para todos los consumidores.

En este sentido, los precios cambian semanalmente y se ubican en niveles muy altos, por lo que no pueden ser costeados por personas que devengan el salario mínimo.

En relación a esto, Ronald Ayala, vendedor de una licorería de la ciudad, explicó que tuvieron que limitar su mercancía para ofrecer sólo cervezas en cajas e individuales, ya que los altos costos de las botellas impiden su adquisición y posterior comercialización. Asimismo, indicó que los precios de las “negritas” en la presentación de tercios se sitúan en los 900 mil bolívares por unidad, mientras que la caja ya sobrepasa los 19 millones de bolívares.

Por su parte, un consumidor habitual que no quiso revelar su identidad expresó que en los últimos meses ha disminuido considerablemente su compra en las licorerías, pues el salario mínimo sólo le alcanza para adquirir los productos necesarios de alimentación y aseo, lo que imposibilita su acceso a las bebidas espirituosas. “Para poder tomarme una caja necesito ganar semanalmente un aproximado de 30 millones de bolívares, de los cuales gastaría 20 en cervezas y me quedarían solamente 10 para la comida”, indicó.

Francis De Abreu, propietaria de un local que expende licores ubicado en la calle 10 de Diciembre, comentó que la presencia de los “vikingos” que por muchos años fue habitual en las cercanías de su licorería desapareció totalmente desde enero, mes desde el cual el costo de las bebidas ha venido experimentando su mayor auge.

La comerciante detalló que el anís tiene un costo de 10 millones de bolívares, el licor de cocuy 2 millones y la caja de espumosas se ubicó esta semana en 20 millones 600 mil, mientras que el ron más económico ronda los 3 millones 500 mil bolívares.

Debido a estos exorbitantes precios y por ser personas de recursos económicos limitados, los “vikingos” no pueden cubrir sus necesidades con las bebidas espirituosas y, por ende, no es común verlos en estado de ebriedad actualmente por las calles.

El actual escenario económico del país impide la adquisición de licores para consumo rutinario, por lo que sus consumidores asiduos deben buscar otras alternativas para satisfacer sus requerimientos.

MELANIE PAYARES (pasante) | elsiglo
fotos | DENYS SÁNCHEZ